Para algunos analistas puede ser uno de los mayores cisnes negros de los últimos tiempos. La carrera presidencial de Donald Trump, candidato republicano, hacia la Casa Blanca es uno de los factores que más temen los inversores. Su deslenguado discurso atacando a diestro y siniestro, además de sus enrevesadas proposiciones, provocan una ola de incertidumbre que azota a Wall Street. ¿Qué repercusión puede haber en los mercados si el neoyorkino se alza con la victoria en las elecciones estadounidenses?

Teniendo en cuenta los discursos del magnate neoyorkino, la lista de temores que los mercados tienen sobre la posibilidad de que llegue a ser presidente es bastante dilatada. Y es que la nominación de Trump como máximo mandatario del país, a tenor de sus declaraciones, podría lanzar una guerra comercial con China; podría subir los impuestos a los más pudientes en el país; podría, igualmente, interferir con la Reserva Federal sobre la política monetaria; además de que las relaciones de la Casa Blanca con el Congreso podrían romperse por completo.


Prueba de todo esto es la gran hemeroteca que nos ha dejado día a día desde que salió a la palestra con el objetivo de ascender al poder. Sin ir más lejos, en relación a la FED señaló recientemente su intención cuando se convirtiera en presidente de despedir a Janet Yellen, su presidenta, simplemente por el hecho de no ser republicana. Trump ya ha manifestado en varias ocasiones que le encanta la idea del “dólar fuerte”, aunque eso crea el caos en los mercados y el comercio, pero unos tipos de interés más altos “podrían hacer que sea más caro para que el país pueda cumplir con sus deudas”.
 
El multimillonario originario de la gran manzana nunca se ha vacilado en sus intenciones. Provoca auténtico pavor a la bolsa estadounidense con mensajes como denunciar los altos salarios de los jefes ejecutivos, la codicia de los banqueros y las ventajas tributarias de los grandes hedge funds de Wall Street.

Este miedo a su escalada a la presidencia llega también de la mano de los ataques a China y Japón por manipular sus monedas para ventajas comerciales. De igual manera, también ha mostrado su absoluto rechazo a los acuerdos de libre comercio del Atlántico y el Pacífico. Incluso no le ha temblado el pulso para arremetes contra grandes compañías estaduonidenses como el caso de Apple y Ford debido a que gran parte de su producción se encuentra fuera de territorio norteamericano.

Por eso, y tal y como selaña Greg Valliere, responsable de Horizon Investments Trump “asusta a los mercados”. “Es una gran incertidumbre, y a los mercados no les gusta la incertidumbre”, concreta el analista.

Según José Lizán, gestor de SICAVs en Auriga, desde luego si entra “Donald Trump habrá nerviosismo inicial en los mercados porque es un cambio muy radical en las políticas económicas, sociales y en el talante del gobierno norteamericano actual con las medidas que propone en su programa”. Desde su punto de vista “sería un shock inicial para las bolsas y los mercados”.
 
Por todo ello el recorrido que puedan tomar los mercados puede ser bastante sinuoso. A este respecto Christopher Dembik, economista de Saxo Bank, comenta que, con todo, “es muy probable que Donald Trump se vea obligado a suavizar su retórica de proteccionismo en términos de negocio internacional si es elegido como candidato”. Por eso, indica, es más correcto analizar el histórico de los cambios medios en el S&P 500 durante los mandatos presidenciales entre 1930-2015.

Y en este sentido el resultado es claro: “históricamente, un presidente Demócrata es mucho más beneficioso para el S&P 500 que uno Republicano”. En términos medios, el índice S&P 500 se ha revalorizado un 11,38% durante el primer año de legislatura presidencial cuando el líder ha sido del partido Demócrata, mientras que ha caído un 1,27% cuando el presidente ha sido Republicano.

Evolución del S&P 500 en las elecciones


Este análisis de Saxo Bank obviamente no tiene en consideración el número de otros factores que influyen en los cambios en el índice, como las políticas monetarias, la afiliación política del Congreso de EE.UU., la trayectoria del crecimiento o incluso la correlación positiva con otros activos (como el crudo); aunque se corrobora un diagnóstico ampliamente compartido entre la comunidad de negocios: Clinton sería mejor para la bolsa de valores que Trump.

Por el contrario, y pese a todo lo indicado anteriormente, aún hay personalidades destacadas del mundo financiero que sí apoyan al controvertido candidato republicano. Es el caso de Carl Icahn, activista reconocido en Wall Street, Carl Icahn ocupa la 31 posición en la lista de las mayores fortunas del mundo y que da su beneplácito al aterrizaje del magnate neoyorkino en la Casa Blanca.

Por último, otro de los grandes inversores reconocidos que dan el visto bueno a Trump es Henry Kravis, co-fundador Kohlberg Kravis Roberts & Co, que gestiona unos 94.300 millones de dólares y que ha llegado a inspirar incluso a un largometraje hollywoodiense. Son los únicos rostros importantes en el entorno financiero que optan por la arriesgada apuesta del hombre al que nadie quiere en las bolsas.