La marcha de Steve Jobs fue un golpe bajo para la compañía con sede en Cupertino. No se conocía el rumbo de Apple y había muchas preguntas en el tintero cuyas respuestas eran de identidad desconocida. Había que levantarse con ambición e intención de mantener la línea del genio de San Francisco. (Ver Indicador Premium de Apple)


No hubo tal suerte. Tras la presentación del iPhone 5, la empresa empezó a acusar la doliente tendencia bajista a nivel bursátil.
Llegó a caer casi la mitad del valor de las acciones: más de un 44%. La crisis del mercado tecnológico también entró en escena portando su traje de gala y la recesión europea transformó en rojos los números que acostumbraban a visualizarse en verde en Wall Street. (Ver gráfico)



Fue entonces cuando Carl Icahn decidió aprovechar una oportunidad que había considerado que se le presentaba ante sí en bandeja de plata. Como acostumbra a realizar en todas las sociedades en las que mete la mano hasta el codo, adquirió títulos de Apple al considerar que se encontraban en una posición “muy asequible”. El inversor de Queens, cual instinto de cazador de oportunidades invisibles, olfateó la opción con un sentimiento de certeza absoluto, como cada vez que participa en una compañía. Hasta el momento, ha comprado las acciones a un precio medio de 453,50 dólares mientras actualmente se sitúa en un nivel superior a los 475 dólares.

Herbalife, Netflix o Dell, la más reciente, son una muestra ejemplificadora de lo que busca Icahn. Hasta en su cuenta personal de Twitter lo resume él mismo. “Mucha gente se hace rica estudiando la inteligencia artificial y yo hago dinero estudiando la naturaleza estúpida”. Nada más y nada menos. Sus últimos dimes y diretes en Dell le han supuesto adjudicarse más de un 11% de ganancias. (Ver: Indicador Premium de Dell) Como casi siempre, salió ganando. (Ver Icahn el terrible)

Es lo que pretende en Apple. Su presencia paulatina dentro de la enseña de la manzana ha alentado, por tanto, a inversores que le siguen a pies juntillas. No obstante, cuando anunció que compraría más acciones, Apple incrementó su cotización en bolsa en más de un 5%. Además, la hoja de ruta de la firma norteamericana puede llevar una vida paralela al sentir del inversor neoyorkino, dado su creciente interés porque lleve a cabo cuanto antes un programa de recompra de acciones de hasta 66.000 millones de dólares hasta el año 2015.

Pago de dividendos

De hecho, el futuro más inmediato de la compañía californiana pasa también por el pago de 11.000 millones de dólares en dividendos hasta tal fecha, convirtiéndose en la cantidad más alta empleada por Apple. El pago de dividendos ha sido una práctica muy irregular en la tecnológica, dado que entre 1995 y el año 2000 sólo se realizó una vez con Stock Split y hasta 2005 no se volvió a retomar también con dicho método. A partir de entonces y justo hasta el verano de 2012 no se reanudó esta política y, la presencia de Icahn, garantiza para muchos accionistas un cobro seguro y una presión extra. 


La incertidumbre generada por la presentación de los dos últimos modelos de iPhone, que dejan en entredicho la capacidad de ver los márgenes de Apple, puede verse contrarrestada en los mercados con la influencia del inversor de origen judío. “Los productos de la empresa son muy buenos, tienen una gran marca detrás que los apoya para lograr aumentar los ingresos a nivel general”. (Ver: ¿Se pudre la manzana o una gran oportunidad de compra?)

La marca más valiosa del mundo

Asimismo, el camino de Apple hacia el reconocimiento parece no haber encontrado su fin. Según el último informe de Interbrand, ha conseguido desbancar a Coca-Cola como la marca más valiosa de todo el mundo. Después de 13 años de liderazgo de la empresa de bebidas con sede en Atlanta, la compañía de la manzana ha ocupado el primer puesto de la lista con ánimo de quedarse. El tiempo lo dirá. (Ver: ¿Por qué fabrica Apple un Iphone Lowcost?)