Ayer fueron diversos medios los que se hicieron eco de la noticia:
Telefónica entraría en el capital de Indra con una participación del 6%  al invertir 75 millones de euros. Hoy, sin ninguna comunicación a la CNMV, Indra da un paso a más decide sustituir a Javier Monzón al frente de la compañía. Su cargo, según publica Expansión, lo asumirá Fernando Abril-Martorell. Un cambio que se ratificará hoy previsiblemente en el consejo ordinario de la compañía. 

¿Es casual este cambio después de la entrada de Telefónica? Tal y como publica el diario financiero, el sustituto de Monzón cuenta con el apoyo expreso de Telefónica pues ya ocupó el cargo de Consejero Delegado de la operadora durante la primera etapa de la presidente de César Alierta y mantiene una buena relación con éste. 

Después de 22 años Monzón deja el timón de Indra que, en los últimos meses, había recibido la crítica del Ministerio de Defensa - que controla los derechos políticos del 20% que tiene el Estado a través de la SEPI-  por no alinearse a las pautas marcadas por este Ministerio para las empresas del sector. Un relevo que, tal y como cuenta Expansión, "se habría preparado en los últimos días". 

Además es posible que el control de Telefónica vaya a más en los próximos meses e incluso se ha llegado a plantear que la operadora se haga con el control del 20% del Estado, lo que permitiría a la sociedad pública recuperar parte de lo invertido. De hecho, tras esta compra, la compañía que preside César Alierta queda como uno de los accionistas prinicipales de Indra, después del Estado y Corporación Financiera Alba, que controla un 12.53% del capital. El resto de capital, es free float. 

Tal y como han explicado diversas fuentas, los intereses de la operadora y de la tecnológica tienden a ser comunes pues es evidente el interés de Telefónica en  el mundo de los servicios digitales, una  pata del negocio en el que Indra es complementario y que les permitiría llevar a cabo alianzas estratégicas globales.