Cómo convertir el largo plazo en una apuesta segura

El objetivo de cualquier inversor es sacar rentabilidad a su dinero y, para muchos de ellos, cuanto mayor sea esta rentabilidad, mejor. Si quiere obtener una rentabilidad sustanciosa sin poner en peligro su capital, lo mejor es que se mueva en un horizonte temporal amplio, ya que a corto plazo la volatilidad puede hacer mella en su ahorro.

Pero solo el hecho de elegir una inversión a largo plazo, sobre todo cuando hablamos de jubilación, no le garantiza que esté haciendo lo correcto. Hay que valorar una serie de factores como por ejemplo si quiere hacer crecer la cartera tanto como sea posible y que sus herederos disfruten de ese capital tras su fallecimiento o si lo que tiene en mente es agotar los activos a lo largo de su vida. Si ha creado una cartera de inversión con el objetivo de vivir tranquilo en su jubilación, debe tener en cuenta el horizonte temporal de sus activos. Es un error muy común subestimar su longevidad, lo que puede suponer que se agoten sus recursos económicos antes del fin de su vida. Por eso debe preparase para vivir una larga vida y procurar tener el dinero necesario para mantener su estilo de vida.

Para recibir su copia gratuita de “11 errores de inversión que evitar durante su jubilación” y actualizaciones periódicas puede llamar al 800 81 00 92  o  visitar www.bit.ly/guía-inversión

La inflación juega un papel muy importante en esta planificación. Incluso un pequeño aumento de la misma, que prácticamente no percibiría en sus gastos semanales o mensuales, puede marcar una diferencia significativa en su poder adquisitivo, que se vería erosionado a largo plazo. Después de 10 años, y con una tasa media de inflación del 3 %, lo que antes costaba 50.000 euros ahora cuesta más de 67.000 euros, esto es un incremento de más del 34 % solo para mantener el poder adquisitivo. Por ello es fundamental estar preparado para afrontar esta inflación si lo que quiere es que los fondos para su jubilación no se queden rezagados en comparación con el aumento de los costes.

Una vez tenida en cuenta la inflación, debe valorar con qué escenario o con qué asignación de cartera se sentirá más tranquilo. Algunas inversiones estables y de baja rentabilidad pueden ser una opción adecuada que incluir en su cartera, dependiendo de sus objetivos de inversión. Pero si necesita un crecimiento de la cartera a largo plazo, adoptar un posicionamiento moderado o incluso no invertir en absoluto podría aumentar el riesgo de quedarse sin dinero para su jubilación. Invertir conlleva una correlación inherente entre riesgo y rentabilidad, por lo que para poder obtener unos niveles de rentabilidad más altos a largo plazo se debe afrontar la volatilidad de los mercados y aceptar un mayor nivel de riesgo.

Que la renta fija sea menos volátil que la variable a corto plazo no significa que presente la misma tendencia a largo plazo. Por ejemplo, en períodos móviles de cinco años, la rentabilidad media de la renta variable ha sido superior a la de la renta fija, aunque los niveles de volatilidad han sido también más altos. No obstante, en períodos móviles de 30 años, la renta variable ha mantenido un nivel de rentabilidad media más alta y ha sido menos volátil que la renta fija.

Tampoco debemos pasar por alto las comisiones que nos cobran. Ya que lo que a corto plazo puede parecer poco importante, en el largo plazo puede suponer unas grandes sumas de dinero. Incluso las diferencias de comisión más insignificantes pueden marcar una gran diferencia en la cantidad de la que terminará disponiendo con el tiempo. Por ejemplo, imagine que tiene dos fondos mutuos e invierte un millón de euros en cada uno de ellos durante 20 años sin retirar ninguna distribución.

Estos y otros puntos a tener en cuenta a la hora de invertir a largo plazo se pueden encontrar en la guía de Fisher Investments España “11 errores de inversión que evitar durante su jubilación” y actualizaciones periódicas.

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