Así lo venimos constatando semana tras semana en el ‘Rincón Inmobiliario’ de Estrategias de Inversión, el programa que pusimos en marcha el pasado mes de enero y que se ha convertido ya en un foro de debate ineludible para tomar la temperatura al apetito inversor en vivienda de primera, segunda residencia y prime, en build to rent, en el mercado de oficinas, en la logística (tan de moda), en hoteles…A nuestro rincón se asoman cada lunes las voces más reconocidas y cualificadas de un sector que vio cómo la inversión cayó a plomo en el peor trimestre de la covid, pero que tiene muchas ganas de recuperarse conforme avanzamos en el calendario de vacunación. A muy distintas velocidades, eso sí, según el segmento del mercado al que miremos, como se encargan de recordarnos siempre los directivos de las socimis, las consultoras o los promotores invitados, que si el inmo siempre se nos ofreció como un mercado tremendamente heterogéneo, con el devenir de la profesionalización a la que dio lugar la Gran Recesión, ahora lo es mucho más.

La situación provocada por el coronavirus no es comparable ni a la crisis anterior ni a ninguna otra. Se trata más de un paréntesis del que la inversión puede salir reforzada, y uno de los principales síntomas de ese vaticinio es que no se están viendo grandes ajustes de precios. Que nadie espere encontrar muchas gangas como hace una década cuando los propietarios andaban tan endeudados; en estos momentos los inversores extranjeros y nacionales saben que la coyuntura es meramente circunstancial y no existe una necesidad imperiosa de vender como antaño. Y puestos a dar una cifra, la inversión prevista para el real estate en España este año ronda los 12.000 millones de euros, con un incremento del 33% respecto a los 9.000 millones de euros que se invirtieron en 2020, según datos de Prime Yield, la firma de valoraciones de activos y préstamos inmobiliarios de Gloval.

Sucede, sin embargo, que un gran cisne negro se cierne sobre el inmo: la inseguridad jurídica. “La garantía de un marco jurídico estable, razonable y que favorezca la oferta de alquiler es el elemento básico para tener un mercado de alquiler amplio y con precios razonables", afirmaba recientemente el exministro español de Economía, Luis de Guindos, durante una intervención reciente. Naturalmente, nadie en el sector le contradice. "La ley no debe penalizar la vivienda vacía, ni penalizar al propietario frente al okupa. Tampoco debe regular el alquiler porque los precios ya se están autorregulando y España necesita tiempo para consensuar estos sistemas", defienden los invitados a nuestro ‘Rincón Inmobiliario’. Independientemente de cuál sea su tendencia política, todos se quejan de que cada vez les cuesta más explicar a los inversores las medidas que se están tomando o que están por venir, de ahí la necesidad de "proyectar hacia el exterior una imagen de país fiable en el que se puede confiar porque eso también nos va a ayudar a salir de la crisis". Por esa senda debería caminar la futura Ley de Vivienda que negocian PSOE y Unidas Podemos, las dos almas del Gobierno. Sería una pena que no fuera así. Sería una pena que tuviéramos que lamentar la oportunidad perdida.