Buyback, una de las estrategias estrella de los programas de recompra de acciones

A lo largo de los últimos años hemos visto en nuestro bróker online, como se ha popularizado la operativa en productos y mercados exteriores. Especialmente en futuros USA, en acciones al contado en ClickTrade, así como en CFDs de acciones en iBroker.

Preguntas frecuentes durante el 2020 y 2021 

Durante 2020, una de las preguntas frecuentes que recibimos por parte de clientes operando en acciones americanas, estaba en relación con el impacto que tenía en sus cuentas la devaluación del dólar respecto del euro. 

Sin embargo, y debido a la apreciación que está teniendo el billete verde, durante 2021 la curiosidad de los clientes ha cambiado de objetivo. Observamos que muchos de ellos nos preguntan sobre el impacto que podría tener en sus posiciones los programas de recompras de acciones. Debido a que, a lo largo de los últimos doce meses, muchas compañías han anunciado estos programas, especialmente las norteamericanas.

Y es que, efectivamente, después de una caída en el año 2020 de este tipo de operaciones durante 2021 (motivada porque muchas empresas decidieron retener sus beneficios para afrontar las posibles consecuencias de la crisis generada por la pandemia del coronavirus), se ha visto un fuerte incremento de las mismas, especialmente en EEUU, aunque muchas empresas españolas también se han apuntado a ellas.

Tal ha sido la fortaleza de la tendencia, que se podría romper el récord alcanzado en 2018, donde las compañías aumentaron los “buybacks” a partir de los mayores beneficios obtenidos, gracias al recorte de impuestos de la reforma fiscal de Trump firmada a finales de 2017.

¿Qué alternativas tienen las empresas?

En este artículo vamos a explicar en qué consisten este tipo de operaciones, por qué las empresas las realizan y cómo benefician a sus accionistas.

Desde siempre las empresas que sistemáticamente obtienen beneficios, una vez descontados los gastos de mantenimiento y operativa, se plantean qué destino pueden dar a esos fondos sobrantes en caja, ya que no tiene ningún sentido dejarlo en liquidez sin rentabilizarlo.

Una alternativa es invertir esos fondos en el propio negocio, ya sea de manera orgánica o mediante la compra de otras empresas que se puedan integrar dentro de su estructura.

Otra, sería mejorar la salud financiera de la empresa a través de la amortización de deuda, principalmente de largo plazo o aquella que tenga los tipos de interés más elevados.

También existe la posibilidad, normalmente la más extendida, del reparto directo de beneficios a los accionistas mediante un dividendo abonado de manera anual, semestral o trimestral, según el caso.

Pero otra opción, igualmente positiva para generar valor al accionista, es la recompra de acciones de la propia compañía, lo que se conoce también como “buybacks”. 

¿Qué son los “buybacks”?

Se trata de comprar acciones de la propia empresa para, posteriormente, amortizar parte de ellas o su totalidad, retirándolas del mercado.

Esto provoca, de manera directa, un impacto positivo en cualquier ratio que tenga en cuenta el número de acciones. Este impacto puede que sea en el divisor, por ejemplo, el beneficio por acción aumenta, al dividir el beneficio obtenido por la empresa por el número de acciones en el mercado. O en el numerador, por ejemplo, en el PER (ratio que compara el número de acciones de una empresa en el mercado multiplicado por el precio de cada acción respecto al beneficio obtenido), haciendo disminuir el múltiplo y volviéndolo, por tanto, más atractivo).

Junto con el reparto de dividendos es la forma más utilizada por las empresas para generar valor al accionista a corto y medio plazo. La selección de uno u otro método de asignación del capital sobrante dependerá de decisiones estratégicas de cada entidad y del contexto de mercado, optimizándose la recompra de acciones cuando el precio al que cotiza la acción es inferior a su valoración. Es decir que la empresa esté barata, algo que en muchos casos sucede.

¿Cómo influye esto en los accionistas?

La amortización de parte de las acciones también incide positivamente en el reparto de dividendos, ya que, sin variar el beneficio total de la compañía la cantidad a repartir por acción se incrementa y, por lo tanto, la rentabilidad obtenida por el accionista.

Este comportamiento de adquisición de las propias acciones es muy apreciado por los inversores porque denota la confianza del equipo directivo en la empresa. Ésta puede actuar de catalizador haciendo que el precio de cotización se incremente por una retroalimentación positiva en el lado comprador.

No hay que olvidar, sin embargo, que la recompra de acciones puede llegar a no ser positiva para los accionistas en todos los casos. Situaciones desfavorables y en las que la recompra no debería ser una opción válida es cuando, o bien las acciones de la empresa están muy caras con respecto a la valoración real, o cuando las empresas se endeudan para este fin o cuando el equipo directivo no ha asignado como opción prioritaria el capital adecuado al crecimiento del negocio, lo que podría repercutir negativamente en los beneficios futuros.

Debido a lo anterior es importante recordar que en muchas ocasiones los incentivos de los directivos no tienen por qué coincidir con los de los accionistas y, es por ello que, se hace imprescindible analizar de manera particular cada caso.

¿Qué otros motivos explican el aumento de buybacks de este año?

Además de lo atractivas que suelen ser para el accionista este tipo de operaciones, vemos dos motivos que explican el aumento de los buy backs durante 2021 en EEUU:

El primero es la posibilidad de que se genere un nuevo impuesto a las operaciones de recompra de acciones. Probablemente a partir de algún momento de 2022. El Partido Demócrata –en el Gobierno de los Estados Unidos– estima que es una práctica que únicamente beneficia a los accionistas y a los directivos de las compañías. No beneficia a los trabajadores porque no se utilizan las ganancias para mejorar los salarios. Tampoco lo hace a la economía del país (no se utilizan las ganancias en nuevas inversiones). Por lo que, propone un impuesto de entre el 1% y el 2%.

El segundo es la presumible subida de tipos de interés por parte de la Reserva Federal durante 2022, algo que haría que las empresas encontrasen otro uso a su exceso de caja sin incurrir en el gasto financiero que generaría un endeudamiento para abordar nuevos proyectos de inversión.

Los comentarios realizados en este artículo, las posibles operaciones sugeridas o planteadas y el material suministrado tienen fines meramente formativos. En ningún caso, constituyen un asesoramiento profesional, una propuesta de inversión o una recomendación operativa. iBroker Global Markets Sociedad de Valores, S.A. no se responsabiliza de las consecuencias de la información difundida ni puede asegurar que la información sea exacta y/o completa.