Aunque nos encontramos en un panorama en el que las rentabilidades siguen estando deprimidas, la volatilidad se encuentra en este inicio del ejercicio en niveles bastante bajos. Sobre todo si los comparamos con los que se plasmaron a comienzos del año pasado, cuando la incertidumbre sobre un posible aterrizaje forzoso de la economía china penalizó a todos los mercados de capitales.

Este año parece que la tormenta ha amainado y que ahora el fondo del mercado es un tanto diferente. Principalmente tras despejarse los nubarrones del Brexit y después de conocerse que Donald Trump es el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Por eso, lejos de pensar en un año extremadamente repleto de rendimientos atractivos, el equipo de Oddo Meriten AM considera que hay vientos de cola de los que “el mercado se puede beneficiar”, aunque también hay “riesgos que se deben tener en cuenta”.


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Entre los catalizadores positivos que pueden impulsar a los mercados se encuentra, en palabras de Gunther Westen, responsable de Asset Allocation de Alemania de la gestora, “el clima de negocio ha mejorado de manera notable desde el final del verano hasta hoy en día”. Algo que proporciona mayor tranquilidad a los inversores y que puede aumentar el flujo de dinero en las próximas fechas.

Además, una vez que la salida del Reino Unido se ha puesto de manifiesto, ahora falta por ver la forma en la que se ejecutará ese abandono. Es decir, si se hará de una forma suave o de una manera más dura, como así prefiere Theresa May, primera ministra británica. Esto es algo de lo que están pendientes muchos agentes del mercado, sobre todo por ver cómo puede impactar a la renta variable.

Sea como fuere, el equipo de análisis de Oddo Meriten AM no ve especiales repercusiones respecto a esta materia. La gestora de fondos va más allá y apunta que, en principio, durante el 2017 “no se verán impactos internacionales negativos derivados del Brexit”. El castigo principal ya estaría descontado y, además, es un proceso que se puede alargar hasta entrado el 2019 después de la decisión del Tribunal Supermo de Reino Unido de que el modo de salida del país debe pasar por el parlamento.

En este sentido, Westen no espera una recesión del Reino Unido además de que la “libra se aprecie hacia el 1% durante este año”. Así, en el corto plazo, las medidas en política monetaria del BoE conseguirán hacer de soporte y controlar “los efectos negativos que en un principio podría tener el Brexit”. Asimismo, se espera que el avance de la inflación hacia el 2%, lo cual puede ser un obstáculo “para el consumo privado”.

En otro orden, también se encuentra, efectivamente, la política económica y geopolítica que puede desarrollar Donald Trump en Estados Unidos. A corto plazo, el programa del magnate neoyorkino podría “aumentar el crecimiento doméstico”, con un recorte importante de impuestos “para las compañías y los ciudadanos norteamericanos”. También, podría “mejorar el sentimiento de mercado, fortalecer al dólar”, incrementar el crecimiento del PIB “hasta el 5% o el 6%”, aunque incrementar el déficit entre el “2% y el 3%”.

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Por el contrario, las repercusiones de estas políticas al medio plazo podrían suponer un riesgo. Sobre todo, “las políticas proteccionistas ya la reducción del libre comercio pueden perjudicar al crecimiento en potencia”, sostiene Westen. Si a esto se le une que la mayor inflación haría que la subida del dólar perjudique “a las compañías estadounidenses y a la capacidad de compra de los ciudadanos”. Además con la previsible subida de hasta en tres ocasiones de los tipos de interés en el país.

Tipos de interés Estados Unidos


En relación al escenario europeo, los expertos de Oddo Meriten AM, ven que la recuperación de la región sigue viva y continuará con el paso del tiempo. Esto se constata con “la recuperación de los niveles de créditos y con la mejora de la tasa de desempleo”. Así, explican que podría haber “más restricciones presupuestarias para aliviar al entorno en este año”.

Evolución del paro en la UE


En contraposición, los riesgos pueden venir en la Unión Europea por el lado del Banco Central Europeo. Más que nada porque ya ha anunciado la reducción del tamaño de las compras mensuales y, según valora Westen, puede anunciar de manera oficial el tapering a finales de este año. Un hecho que “debería hacerse con cautela”, teniendo en cuenta además la divergencia en cuestión de política monetaria con Estados Unidos.

Por último, otros riesgos en territorio europeo serían los futuros procesos electorales que hay abiertos: Alemania, Francia y Holanda. Sin embargo, estos expertos no esperan un auge de más populismo en ninguno de los tres países en cuestión.

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