Las horas bajas del mercado español. Se podría resumir con esa frase el comportamiento que ha tenido en las fechas más recientes. La incapacidad de poder consolidar los 10.000 puntos en base a los acontecimientos que han envuelto al índice de referencia de la Bolsa de Madrid. En el tercer trimestre, que comprende desde junio a agosto, mostró un descenso del 8,54%. De los 11.217,60 puntos pasó a los 10.259 puntos.
Ahí no acaba todo. El mes de agosto fue especialmente dañino para los inversores que apuestan por España. El selectivo nacional retrocedió un 8,54% durante el mes, lo cual dejaba en entredicho las aspiraciones de terminar alcanzando niveles de 12.000 puntos antes de que cerrara el ejercicio.
Con todo, septiembre no ha dado tregua. El pasado mes ha sido un jarro de agua fría para los agentes del mercado. La lateralidad del Ibex 35 y el juego con fuego que ha evidenciado a medida que ha transcurrido el tiempo ha provocado que el clima de incertidumbre se agrave más y que la volatilidad haya puesto su ancha suela sobre el parqué madrileño. Por eso, la cuestión es qué es lo que puede suceder en el próximo trimestre.
El clima volátil se ha aferrado en los mercados y no hay previsión de que desaparezca en el corto plazo. Pintan bastos en cuanto a ese panorama de estabilidad en las diferentes plazas europeas. Máxime cuando nos encontramos ante un proceso electoral que se abordará en el último tramo del año.
Si nos centramos puramente en datos estadísticos podríamos verlo con un prisma de mayor optimismo. Ateniendo a lo que ha sucedido en el índice de referencia español en los pasados 20 años solo en ocho ocasiones el selectivo español terminó con pérdidas en septiembre. Sin embargo del total, solo en tres ocasiones cayó en el mes siguiente. En los otros cinco años en octubre realizó subidas a una media del 3,4%.
Lo mismo sucede si el enfoque lo ponemos en la evolución trimestral. En esas mismas ocasiones en las que se cerró septiembre con descensos en los mercados, solo en una ocasión los últimos tres meses del año acabaron en negativo. En concreto, en 2008, en plena crisis financiera, cuando el índice de referencia de la plaza española descendió en el cuarto periodo un 16,1%.
Por el contrario, en las otras siete veces se corrió una suerte diferente, con aumentos del 0,2%, 4,9%, 4%, 4,7%, 7%, 8,7% y 7,6%, lo cual hacen una media de incremento del 2,6% en el último trimestre del año siempre que se han producido retrocesos en el mes que sigue a agosto. De este modo, en base a puros datos estadístico, podría decirse que el inversor no debería perder la ilusión de que el mercado español volviera a recuperar la senda alcista.
Los datos hablan por sí solos. Cuando miramos el comportamiento del Ibex 35 en todos los trimestres, se puede observar que es en el cuarto en el que se visualiza una actuación más sostenible. No hay tantos vaivenes como sí se percibe en el resto de periodos. De hecho, la media global del citado trimestre de más del 3%. Por encima del primer, segundo y tercer trimestre del año, cogiendo como referencia el desarrollo desde 1995.
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