El sector de la construcción supone el 5,2% del PIB, un sector muy intensivo en mano de obra. La Confederación Nacional de la Construcción sostiene que hasta 2023 no se van a recuperar los niveles previos. 

En este sentido, los ponentes, Ángel Moreno, presidente del Círculo Inmobiliario y presidente de NAPISA; Carolina Roca, vicepresidenta de ASPRIMA y directora general del grupo inmobiliario ROCA y Enrique Vinagrero, director de project monitoring de ST Consultores, exponen su visión con respecto a la fecha de recuperación del sector, así como la eficacia en la concesión de créditos ICO o en qué medida beneficiará a la construcción la recepción de los fondos europeos.

Ángel Moreno, presidente del Círculo Inmobiliario y presidente de NAPISA, apunta que "el impacto de la crisis en el sector no ha sido ni va a ser para tanto". En su intervención, destaca que con datos objetivos, en 2020 se ha construido, aproximadamente un 8% menos que el año 2019.

"Las obras que se han ejecutado son las contratadas anteriormente; se paralizaron algunos proyectos que ya se están retomando. La ejecución de las obras se sintió afectada durante un mes neto de producción: hubo 15 días al 0% y un mes al 50%. Esto coincide con el consumo del 8% menor de hormigón del 2020. Las licitaciones bajaron más del 20% pero se manifestarán este año", subraya.

"Se estaba recuperando ya en el último trimestre del año pasado pero el daño objetivo fue un 8%. Hoy tenemos más empleo que en febrero del año 2020, según el Observatorio de la Construcción. En edificación, en obra nueva, en 2020 bajó un 19% sobre 2019. Pero en el primer trimestre de 2021 ya estamos prácticamente al 96% del mismo periodo del año pasado y el segundo será superior," explica también Moreno, al tiempo en que incide en que el daño al sector "es limitado".

Por su parte, Carolina Roca, vicepresidenta de ASPRIMA y directora general del grupo inmobiliario ROCA, destaca que en la crisis producto de la pandemia de coronavirus "el sector constructor o promotor no es el epicentro".

En este sentido, "desde el primer momento nos hemos sentido un poco responsables de ser ahora el sector que tire del país. Al igual que en 2008, el turismo recuperó los niveles, ahora nos toca a nosotros al no estar tan afectados por la crisis sanitaria. El sector de la construcción tiene que reabsorber gran parte del desempleo que se genera en otros sectores", apunta.

Decir que hasta 2023 no recuperaremos los niveles prepandemia es una afirmación con la que la mayoría de las asociaciones no concuerdan.

Enrique Vinagrero, director de project monitoring de ST Consultores, considera que "el coste de construcción en épocas de escasez de trabajo, baja y cuando aumenta la demanda, el coste de construcción sube".

Desde 2018 ha habido una progresión continua de estos costes, por lo que cabría esperar que con la crisis generada por el covid-19 habido una bajada en los precios. Sin embargo, explica Vinagrero, el sector está en casi los mismos precios. "2020, según nuestros valores, lo acabamos en 1.018 euros por metro cuadrado y ahora estamos en 1.032. La conclusión es que el sector es sólido. La noticia no tan buena es que es caro construir, pero es algo bueno que no haya caído el coste de construcción", destaca.

Liquidez del sector en la crisis del coronavirus

Respecto a las ayudas para afrontar las consecuencias de la pandemia, Roca hace hincapié en que "en el sector ha pesado más la ayuda de los ICO que de los ERTEs". En su opinión, "fue fundamental el manguerazo de liquidez en ese momento", a pesar de que "ha habido casos en los que la concesión de los ICOs no ha sido lo suficientemente permeable para que la financiación llegara a la pyme, que era la que más necesitaba esa liquidez".

"Ha habido momentos en que la financiación se ha utilizado para restarle toxicidad a cierta deuda. Se podría haber canalizado de forma más depurada para que la financiación hubiera llegado a toda pequeña y mediana empresa", añade.

Por otro lado, en su intervención Roca también menciona que el sector de la construcción en España tiene un problema estructural de concepto respecto a lo que son sus propias empresas. "Las constructoras españolas somos meras intermediarias. Todas las constructoras vivimos en base a la subcontratación de absolutamente todo y lo que tenemos en nómina son exclusivamente técnicos".

Esta situación, afirma, "genera un problema donde realmente quien soporta la mano de obra en la construcción son pequeñísimas subcontratas que no tienen la capacidad financiera suficiente para aguantar estas crisis".

"Todas las constructoras nos nutrimos de las pequeñas subcontratas, que son el eslabón más frágil de la cadena", subraya.