En 2014, las compañías conseguían mediante estas ICOs 26 millones de dólares. A cierre de la primera mitad de 2017, los fondos recaudados a través de la venta de criptodivisas superan los 1.200 millones de dólares, la mitad de los cuales se han conseguido en los últimos 30 días.

De hecho, el dinero conseguido supera ampliamente la inversión de capital riesgo en las startups, destaca Autonomous en su informe “#Token Mania” sobre las nuevas formas de financiación.

Estas ICOs son una forma de crowdfunding para aquellas startups que usan blockchain, que en lugar de buscar inversión en las firmas de capital riesgo o en la banca, y frente a toda la normativa y regulación que acompaña a este tipo de financiación, deciden vender criptodivisas, como bitcoin o ethereum, a cambio de dinero en efectivo.

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“La criptoeconomía está creciendo más allá de sus fronteras tradicionales, esto ha ocurrido antes en el área de los videojuegos o las economías virtuales, pero nunca a una escala global como la actual”, afirma el estudio.

Asimismo, el informe reconoce que a diferencia de las IPOs, las ICOs no están sujetas a ninguna regulación, lo que puede ser motivo de preocupación.

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“Desafortunadamente, muchas de estas operaciones son fraudulentas y pretenden aprovechar la popularidad y el momento que atraviesan las criptodivisas, así como las redes sociales para su promoción, y la falta de protección de los consumidores”, detalla.

Con todo, Autonomous reconoce que “la pérdida de dominación del bitcoin significa que los participantes del mercado están madurando y dispuestos a comprar otros activos diferentes”.

Recordemos que tanto bitcoin, como ethereum, han sufrido una fuerte oleada de ventas en los últimos días, a vueltas con los temores de una burbuja y al calor de la remontada que acumulan en el último año.

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