Día a día estamos viendo cómo la política del Banco Central Europeo y la Reserva Federal están generando movimientos contrapuestos y de momento Europa no tiene suficiente entidad como para poder desentenderse de los movimientos en las rentabilidades de Estados Unidos, y hacerse caso a sí misma y moverse en consonancia con los bajos tipos que tenemos en estos momentos.
Para ver un ejemplo de lo anterior, simplemente hay que mirar un gráfico de los futuros de cualquier plazo de la deuda alemana, en donde este mes hemos tenido dos movimientos muy fuertes: el primero de ellos fue la alegría por la bajada de tipos del Banco Central Europeo, pero al día siguiente tuvimos un problema enorme gracias a ese fortísimo dato de creación de empleo en Estados Unidos, que aumenta las probabilidades de ver un recorte, aunque sea este testimonial, de los programas cuantitativos en diciembre.
Pues bien, teniendo en cuenta todo lo anterior, los problemas que está teniendo el Banco Central Europeo para subir la inflación y además la eterna oposición de Alemania, se está generando un movimiento en donde hay voces, como por ejemplo el BNP, en donde se pide que se tome una actuación similar a la generada por la Reserva Federal con sus programas cuantitativos, para intentar salvar esta pequeña recuperación que se ve en el horizonte.
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La situación es algo más compleja, porque lo que debería hacer el Banco Central Europeo choca directamente con el modelo económico de Alemania, y por eso Europa va a empezar a presionar a Alemania para que no dependa tanto de las exportaciones y empiece a fomentar el consumo interno. Todo esto apunta directamente a decisiones políticas, aunque el gobierno pasado, y adonde apunta el actual, pongan siempre la excusa de que es debido a la fortaleza de las marcas alemanas y también a la fortaleza de su economía.
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Algo con lo que el banco cuenta es que medidas como ese programa cuantitativo europeo, pueden disparar la alarma en países como Alemania, e incluso se podría llegar a ver dimisiones, así que esta posible tensión futura es algo con lo que se tiene que contar, aunque cabe la posibilidad de que los que estén en contra, se den cuenta de la situación cuando ya tengamos el problema encima y el margen de maniobra sea muy pequeño. Se asume esta posibilidad y se tiene que afrontar debido a que consideran que la deflación es un peligro real ya que de materializarse podría ser imposible darle la vuelta.