No obstante, por ahora el gigante latinoamericano está en una profunda recesión. El Producto Interior Bruto (PIB) se contrajo un 3,8% en 2015, y la última previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI), publicada en junio, proyecta otra caída del 3,3% (preveía una caída del 3,8% en abril) para este año. “La recesión más duradera para Brasil desde 1930”, recuerda Jorge González, analista de inversiones de Tressis. Lejos quedan así los fuertes ritmos de crecimiento de años atrás, y el atractivo de principios de siglo por el que Goldman Sachs incluyó a Brasil en el acrónimo BRIC (Brasil, Rusia, India y China).
“Es un tema político. La política ha mantenido bloqueado el Congreso casi todo 2015 y lo que llevamos de 2016, y ha impedido encarar problemas serios que necesitan leyes, especialmente en el ámbito fiscal, para frenar la espiral de déficit y deuda pública que ha llevado al país a perder el grado de inversión”, explica Álex Fusté, economista jefe de Andbank.
“El mal comportamiento que tenían los activos financieros se debía a la desconfianza absoluta de la comunidad internacional”, agrega Fusté. No en vano, el principal índice de la Bolsa de Sao Paulo, Bovespa, se desplomó un 8% en 2015. El real no se quedó atrás. La divisa brasileña se desplomó respecto al dólar un 30% el pasado año.
SÚBITA REACCIÓN
Los indicadores vuelven a recuperarse, tras el colapso de los últimos tiempos con la inversión extranjera paralizada
Sin embargo, el acumulado de 2016 deja resultados totalmente diferentes. El Bovespa se dispara un 35% (61% en euros) en los ocho primeros meses del año, mientras que el real se aprecia un 22% respecto al dólar. “El gobierno interino del presidente Michel Temer, junto con el líder de la oposición, en su promesa de acometer una serie de reformas políticas, sociales, fiscales y económicas destinadas a generar confianza en Brasil, han hecho que se haya vivido cierta 'luna de miel' de los activos financieros brasileños”, argumenta José María Luna, director de Análisis y Estrategia de Inversión de Profim.
“Los inversores adelantan un escenario más positivo para el mercado”, indica Fusté. Así, a pesar de que la economía sigue en recesión, hay síntomas de mejoría. “Los indicadores vuelven a recuperarse, tras el colapso de los últimos tiempos con la inversión extranjera paralizada”, agrega el experto.
El escenario con el que trabajan los inversores incluye la salida definitiva de Dilma Rousseff del Gobierno por el triunfo del impeachment o juicio político. Así, Michel Temer pasaría a ser presidente 'estable' hasta 2018, y los analistas esperan que trabaje en las decisiones más acuciantes para la economía con el líder de la oposición, Aécio Neves.
AGENDA REFORMISTA
Este Gobierno tiene preparadas tres medidas importantes que serán bien acogidas por el mercado, explican los analistas consultados por Bolsamanía: arbitrariedad del gasto, reforma de la Seguridad Social y ley de techo de gasto público. La primera sirve para desvincular el gasto a obligaciones constitucionales como ocurre actualmente, según las cuáles hay partidas que deben tener una dotación presupuestaria mínima sean cuales sean sus necesidades. La segunda busca reducir el “monstruoso” gasto en pensiones, señala Fusté. Por último, el techo de gasto público evitará disparar la dinámica del déficit y de la deuda pública de los últimos años.
Otro cambio importante, que ya se ha producido, está en el banco central. El execonomista jefe de Itaú, Ilan Goldfajn, ha sustituido a Alexandre Tombini. “Quiere que los tipos sigan al 14,25% a pesar de la recesión. Está muy comprometido con el problema histórico de la inflación (11,3% en 2015). Esto hará que se tarde en bajar los tipos, pero cuando se haga será de forma sostenible y ayudando más a la economía”, argumenta el economista jefe de Andbank.
Pese a estos elementos positivos, hay que tener en cuenta que “la corrupción está en todas partes, los partidos políticos son en general bastante intervencionistas en materia económica y Dilma y Lula tienen sorprendentemente mucho apoyo en amplios sectores de la sociedad, lo que podría dificultar la necesaria regeneración democrática”, advierte Louis d'Arvieu, gestor de Amiral.
¿PODRÁ SEGUIR EL RALLY?
Brasil pinta bien para los inversores, aunque no hay que esperar que continúe el rally de los primeros meses del año con la misma intensidad y en tan poco tiempo
Estos cambios han tenido un impacto positivo en el parqué de Sao Paulo, pero están ya prácticamente anticipados. Aunque si la economía ofrece signos de mejoría, podría alentar nuevas subidas. El FMI proyecta un crecimiento positivo para 2017 (0,5% en junio, frente al 0,0% que esperaba en abril). Ahora, con un nuevo camino político, en Andbank barajan proyecciones mucho más optimistas, con una expansión del PIB para el próximo ejercicio de entre el 1,5% y el 2%, y una reducción de la inflación hasta el 7%.
“Brasil pinta bien para los inversores, aunque no hay que esperar que continúe el rally de los primeros meses del año con la misma intensidad y en tan poco tiempo. Pero sí seguirá la tendencia favorable”, prevé Álex Fusté.
Además, para explicar el comportamiento del Bovespa y del real también hay que recurrir a la evolución de las materias primas. El repunte de precios supone un impulso para el sector exterior, arguye Albert Enguix, gestor de GVC Gaesco Gestión. “Dentro del Bovespa, las compañías ligadas a las materias primas suponen un 25% del índice, y un 35% el sector financiero, que también depende indirectamente del precio de estos recursos naturales por el elevado volumen de crédito que tiene concedido a ese tipo de empresas”, agrega al respecto Felipe López-Gálvez.
Otra variable exógena que deben vigilar los inversores que tengan exposición a Brasil es la fortaleza de las dos grandes economías asiáticas. China es el principal socio comercial del gigante latinoamericano, con lo que “no es de extrañar que el pasado año acusase el debate que existe sobre la desaceleración económica del país”, recuerda López-Gálvez.
Japón es otro mercado que ha influido en Brasil, explica Álex Fusté: “La política ultraexpansiva del Banco de Japón con la compra masiva de deuda ha expulsado a los inversores institucionales del mercado de renta fija, pero por mandato tienen que comprar bonos, algo que han hecho en Brasil por el atractivo de sus rentabilidades”.
CÓMO INCORPORAR BRASIL A LAS CARTERAS
Si la selección de acciones conocidas ya es difícil, las que cotizan en mercados a miles de kilómetros de distancia aún más. Por ello, los expertos aconsejan tomar posiciones en Brasil mediante fondos de inversión. La primera aproximación recomendada por José María Luna es un ETF, como el iShares MSCI Brazil, que replica un índice de renta variable brasileña. Además, también tener exposición a acciones brasileñas, para lo que agrega un fondo de acciones de países emergentes como el JPM Emerging Markets EQ A Eur.
Siguiendo con renta variable, Albert Enguix añade a la lista el Victoire Brasil Select Fund. El gestor de GVC Gaesco apuesta por un fondo de bolsa brasileña gestionado por la gestora Casa4Funds y que se puede encontrar en euros.
Desde Tressis, Jorge González opta por fondos que tengan a Brasil entre sus inversiones pero sin que sea la única posición. Así, señala al Vontobel Fund Emerging Markets Equity y al Aberdeen Latin American Equity, productos de bolsa emergente y latinoamericana respectivamente. Este último fondo también está recomendado por Andbank, que apuesta además por el BNY Mellon Brazil Equity, vehículo que tiene el mandato de invertir en acciones brasileñas.
En renta fija, González recomienda el M&G Emerging Markets Bond, un vehículo de renta fija emergente con bonos brasileños en la cartera. Luna, director de análisis de Profim, agrega dos productos de similares características, el AXA WF Emerging Markets Short Duration Bonds A Eur (centrado en títulos de corto plazo) y el Petercam L Bonds Emerging Markets Sustainable. Además, incorpora el Pictet Latin Amer LCL CCY Dbt Eur, un fondo de deuda latinoamericana.