
Según elinforme que ha presentado la consultora Grant Thornton, las mujeres apenas apenas suponen el 38.4% de puestos directivos en este momento, mientras que si hablamos del primer escalón de la pirámide ejecutiva, solo el 19.3% de las mujeres son altos cargos y apenas un 4.5% son presidentas.
A modo de ejemplo, en el Ibex 35 solo tenemos a 2 mujeres cómo presidentas de compañías, ambas en el sector financiero. Ana Patricia Botín, presidenta del Banco Santander y Gloria Ortiz, Consejera delegada de Bankinter.
Todo empieza por la formación de las futuras lideres, ya que según el informe de Grant Thornton, a pesar de los avances generales en igualdad, sigue existiendo una notable brecha de género en los programas de Máster en Administración de Empresas (MBA) que es dónde salen los futuros líderes de las compañías. Si hay menos mujeres en los MBA, las posibilidades de que estás lleguen a la cúpula directiva son menores.
La baja representación femenina en esta formación ejecutiva es un obstáculo para la paridad en los altos cargos directivos. Aunque algunas escuelas de negocios de élite en Estados Unidos, como Wharton o Johns Hopkins, han logrado la paridad o incluso superado el 50% de mujeres matriculadas, en España los datos muestran un avance más lento e irregular.
Podemos ver en el siguiente cuadro la distribución de los puestos directivos de la mujer en la actualidad y cómo ha ido evolucionando en los últimos 10 años.

La mujer casi llega a la paridad en puestos de recursos humanos, pero en el resto de grandes áreas, está muy por debajo, a pesar de que hay muchas más mujeres que realizan estudios superiores que hombres.
Desafíos que enfrentan las futuras líderes
Más allá de las cifras de matriculación, el artículo profundiza en las barreras que enfrentan las mujeres. Muchas profesionales no ven la principal dificultad en el rigor académico, sino en el entorno que rodea al MBA
Se señala la presión de tener que demostrar su valía más que sus compañeros masculinos y la falta de modelos a seguir, tanto en el profesorado como entre las exalumnas. Esta situación puede desincentivar a muchas mujeres a la hora de embarcarse en un programa de MBA, a pesar de ser una vía probada para el ascenso profesional.
El informe subraya la conexión directa entre la formación en liderazgo y la presencia de mujeres en la alta dirección. Participar en un MBA es una de las rutas más efectivas para llegar a puestos ejecutivos. Por lo tanto, una menor presencia de mujeres en estos programas de MBA, se traduce, a medio y largo plazo, en una menor cantidad de líderes femeninas en las empresas. Cerrar esta brecha educativa no solo es una cuestión de justicia, sino que también tiene un impacto directo en la reducción de la desigualdad salarial y el acceso al poder económico.
Conscientes de esta problemática, las escuelas de negocios saben que tienen que cambiar y están implementando diversas políticas para atraer a más mujeres. Estas iniciativas incluyen la creación de becas específicas, programas de mentoría con líderes femeninas y campañas para destacar el valor de la formación ejecutiva para la mujer. El objetivo es crear un ambiente más inclusivo y hacer que el MBA sea una opción más atractiva para las profesionales, desterrando mitos y mostrando ejemplos de éxito.
El futuro del liderazgo empresarial
La brecha de género en los MBA es un reflejo de los desafíos que aún persisten en el ámbito laboral y directivo. Las escuelas de negocios, al igual que las empresas, tienen un papel fundamental en la promoción de la igualdad.
Fomentar una mayor participación femenina en sus programas de élite no solo enriquecerá el entorno académico, sino que también contribuirá a formar una nueva generación de líderes más diversa, equitativa y con mayor capacidad para enfrentar los retos del futuro en el mundo de los negocios.
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