En marzo de 2020 Santander creaba la sociedad Deva Capital como vehículo para explorar la compra de activos dañados de entidades financieras de todo el mundo; en concreto, tiene licencia para la compra y venta de valores mobiliarios, participaciones sociales de empresas y, "en general, instrumentos representativos de la participación de la sociedad en entidades de todo tipo", según los registros.

Dos años después, y según datos que publica hoy el diario ExpansiónSantander ha invertido ya 400,2 millones de euros en activos dañados a través de Deva Capital, lo que supone el consumo de cerca de la mitad de los fondos comprometidos cuando se lanzó este vehículo con un presupuesto inversor de 1.000,6 millones de euros.

Durante este tiempo, Deva Capital ha cerrado una veintena de operaciones en ocho países europeos y latinoamericanos. Ha adquirido créditos dudosos, inmuebles adjudicados y deuda de empresas en dificultades. Por estos bonos, está percibiendo cupones de hasta el 12% y el 20%, señala Expansión. En este sentido, ha realizado operaciones en el área de cerámica en España, ha comprador tres carteras en Italia, ha suscrito deuda de un grupo industrial francés y ha negociado la adquisición de préstamos dudosos en Portugal.

Fuera de nuestro continente, ha logrado acuerdos con aerolíneas de Colombia, México y Brasil, entidades financieras aztecas y empresas peruanas.

Deva perdió 8,9 millones de euros en 2021. En cualquier caso, Banco Santander siempre ha defendido que Deva no es una línea de negocio estratégica y que el foco del grupo es la limpieza de balance. empresas y provoque un incremento de la morosidad.