
Las declaraciones de los principales CEOs de compañías, y referentes mundiales lo dejan claro, se necesitan personas que tengan habilidades especiales más que un diploma universitario. A modo de ejemplo, tenemos estas declaraciones de 3 afamados directivos de empresas.
"Apple no exige un título universitario para contratar personal. La disposición para colaborar o habilidades técnicas como la programación pueden resultar más valiosas que un diploma universitario." dijo Tim Cook CEO de Apple).
"El historial académico de los empleados carece de relevancia para la compañía... lo fundamental es la orientación profesional y la capacidad de desempeño. Una vez que llegas a Palantir, eres un Palantirian. Nadie se preocupa por lo demás." Alex Karp (CEO de Palantir): "El futuro del trabajo pertenece ya no a las personas que tienen los títulos más elegantes o fueron a las mejores universidades, sino a las personas que son adaptables, con visión de futuro, listas para aprender y listas para adoptar estas herramientas de IA " Ryan Roslansky (CEO de LinkedIn):
Sin duda estos 3 ejemplos están muy sesgados, al ser empresas tecnológicas y claramente hablan de buscar la excelencia tecnológica y en la que un título universitario no tiene porque llevar aparejado el control del conocimiento tecnológico asociado.
Por eso las escuelas de negocio están adaptando las necesidades de las empresas en el mundo real a sus programas. Ya que se están implementando programas especializados alineados en busca con las profesiones que demanda el mercado laboral. Y sin sacrificar la estrategia y la mentalidad para poder ser flexibles en el futuro, que es la ventaja que debe tener todo directivo según nos cuenta Harvard.
Según el MIT (Massachusetts Institute of Technology), los alumnos deben tener una visión muy clara sobre los conocimientos y habilidades que los nuevos graduados deben dominar para prosperar en la era de las máquinas inteligentes y del pensamiento crítico. Ese Mix de tecnología e inteligencia emocional es la base de la empleabilidad en el futuro.
Otro claro ejemplo es el que ha declarado en un reciente articulo del diario expansión, Lee Newman, decano de IE Business School, y Ikhlaq Sidhu, decano de la IE School of Science & Technology, coinciden en que la estrategia se basa en la transformación individual del alumno, más que en la mera acumulación de conocimiento abstracto. La clave es dotar a los estudiantes de una "base amplia de capacidades" para que la especialización no los encasille. Esta visión se materializa en una formación transversal de alto impacto: se dedican entre el 15% y el 20% de los programas a "habilidades de impacto" (impact skills) diseñadas para que los profesionales "hagan que las cosas sucedan al enfrentarse a situaciones laborales difíciles".
Por su parte la escuela de negocios IESE, tiene claro que además de los conocimientos técnicos, los alumnos deben tener claro una serie de actitudes que les llevarán al éxito laboral y es la resiliencia e iniciativa propia, así como valores cómo la disciplina, la proactividad y la autogestión del tiempo.
La mente es el mayor activo de los graduados.
En este contexto transformador, el objetivo primordial de la escuela de negocios es especializarse cómo una auténtica "fábrica de talento adaptable". Esto implica ir más allá de la simple transferencia de conocimientos técnicos y concentrándose en entrenar la mente del graduado.
Los trabajadores del futuro necesitan conocer profundamente la tecnología y ser capaces de trabajar en equipo. Eso es lo que siempre se ha enseñado en las escuelas de negocio, pero ahora más que nunca, la parte de tecnología pesa mucho más en la ecuación del éxito.
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