El presidente del BCE, Jean Claude Trichet, puso como ejemplo de estas medidas la ampliación de la financiación a los bancos y el programa de compra de bonos garantizados por valor de 60.000 millones de euros, cuyos detalles fueron desvelados ayer tras la rueda de prensa posterior a la decisión mensual sobre tipos.

"La decisión de comprar bonos con cobertura estuvo motivada por el hecho de que estos bonos son un segmento de los mercados de valores privados que ha resultado particularmente afectado por la crisis financiera", se justificó.

No obstante, el banquero aseguró que una vez haya mejorado el entorno económico, el consejo de Gobierno se asegurará que las medidas tomadas se relajen y de que "la liquidez proporcionada sea absorbida".

El banquero reiteró de nuevo que las expectativas de la inflación a largo plazo "siguen estando firmemente ancladas" en niveles consistentes con la estabilidad de precios y habló de revertir las inyecciones de liquidez cuando se estabilice el mercado financiero con el objeto de no incrementar las tensiones inflacionistas.

"Cuando las tensiones en los mercados financieros cese, los bancos necesitarán inmediatamente menos crédito del BCE. Este será un elemento decisivo para asegurar una recuperación no inflacionista en la eurozona", aseguró.

"El compromiso del BCE de mantener la estabilidad de precios a medio plazo contribuirá a allanar el camino para lograr un crecimiento sostenible, creación de empleo y prosperidad económica en los Estados miembros", concluyó.

El BCE decidió ayer mantener los tipos de interés en el 1% tras haber realizado recortes de 325 puntos básicos desde el pasado mes de octubre.

La institución revisó a la baja las previsiones de la zona euro y estima una contracción de la economía comunitaria de entre el 4,1% y el 5,1% en 2009, mientras que para 2010 se espera que la actividad se sitúe en un rango de entre el -1% y el 0,4%.