En esa declaración, se pide a China que deje apreciarse al yuan y se anuncia un viaje a Pekín antes de que acabe el año del presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, el del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, y del comisario de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, para transmitir el mensaje en persona. También se incluyen mensajes menos contundentes sobre la debilidad del dólar y el yen.En la declaración se insiste en que los tipos de cambio deben reflejar los fundamentos económicos y se alerta de que el exceso de volatilidad y los movimientos desordenados en los tipos de cambio "no son deseables para el crecimiento económico".