En el acto, el presidente de la entidad, Emilio Botín, no sólo hizo referencia a los intereses del grupo en el país sudamericano y fue más allá al asegurar que este año el Santander, que afronta la actual crisis financiera con "más garantías" que sus competidores, se convertirá en el tercer banco del mundo por beneficio.
Para ello, contará con la ayuda de su filial brasileña, que le aportará en torno al 20 por ciento del beneficio total durante los próximos tres años y la razón de elegir Brasil es, para Botín, muy clara: mayor estabilidad macroeconómica, institucional y social y uno de los países que mejor está resistiendo la crisis.
Con la integración de Santander Brasil y Banco Real -adquirido en 2007 como parte del paquete de activos en la operación ABN Amro-, el beneficio del banco en el país será de 4.800 millones de reales en 2008 (unos 1.770 millones de euros); 6.100 millones de reales en 2009 (unos 2.550 millones de euros), y 7.900 millones de reales en 2010 (unos 2.950 millones de euros).
Para ello, el banco invertirá en el país unos 2.550 millones de reales (más de 920 millones de euros), con lo que conseguirá aumentar los ingresos y el volumen de negocio en un 15 por ciento.
La entidad también quiere ampliar la red comercial, hasta 400 agencias nuevas en tres años, aumentar la cuota de mercado y, por supuesto, añadió Botín, no dejar a la competencia "que nos robe clientes".
El beneficio esperado en Brasil para los próximos tres años incluye además unas sinergias mayores de las que el banco previó inicialmente.
Así, hasta 2011, la entidad calcula unas sinergias de costes por la integración de 2.400 millones de reales (unos 885 millones de euros), un 22 por ciento de la base de costes frente al 18 por ciento previsto, y, adicionalmente, el banco prevé unos 300 millones de reales (unos 110 millones de euros) de sinergias de ingresos.
Santander y Real son además, según Botín, dos bancos complementarios tanto geográficamente como por negocios, lo que le permite al grupo, de momento, convertirse en uno de los tres primeros bancos privados del país, con una cuota de mercado del 10 por ciento en depósitos y del 12 por ciento en créditos.
En principio, las compras del banco en el país se quedan ahí: Botín aseguró que de momento en Brasil quieren crecer sólo orgánicamente.
En otros países, la entidad no tiene en este momento "ninguna compra a la vista", lo que no quiere decir, sin embargo, que no vea "oportunidades".
En Estados Unidos, Botín se limitó a señalar que su objetivo es lograr que Sovereign sea un banco rentable y muy beneficioso en tres años, mientras que en Asia mantendrán la misma estrategia de los últimos años porque les ha ido "muy bien".
En Argentina, el banco está muy satisfecho con la presencia que tiene y además las medidas que ha tomado el Gobierno no le han afectado porque el negocio de fondos de pensiones lo vendió el año pasado.
Respecto de Venezuela, Botín reiteró que se está negociando todavía la venta de su filial y confió en que se cierre "pronto".
El presidente del Santander también hizo referencia al beneficio por acción del grupo para el próximo año, que, dadas las ampliaciones de capital que han tenido que hacer por las últimas adquisiciones, se mantendrá de momento como mínimo igual al de este año.
Sobre la crisis financiera, lanzó un mensaje de tranquilidad, y esperanza en que los reguladores "no se pasen" y no tomen medidas en contra del libre mercado.
Para España tuvo palabras de confianza al decir que los supervisores lo han hecho "muy bien" y el país "debe estar" en la próxima cumbre financiera de Washington de noviembre.

