Grupo Santander ha decidido rebajar su recomendación sobreVidrala, pasando de sobreponderar a neutral, y ha ajustado su precio objetivo desde 105,24 a 95,18 euros por acción. A primera vista, la noticia puede sonar como una alerta para los inversores, pero las acciones de este valor del Mercado Continuo, que acumulan un retroceso del 11,2% en lo llevamos de año, siguen ofreciendo margen para subir, manteniéndose como una opción interesante dentro del Mercado Continuo.

En concreto, los títulos de Vidrala cotizan en estos momentos en 82,30 euros, lo que implica un potencial de revalorización de doble dígito, del 15,65%, pese a la visión más prudente de Santander.

El recorte de Santander refleja un contexto de mercado más cauteloso. El sector de envases de vidrio, en el que opera Vidrala, muestra signos de ralentización global, afectando especialmente a mercados clave como el Reino Unido, sur de Europa y Brasil. En los nueve primeros meses del año, las ventas de esta empresa del Continuo se redujeron un 7,56%, hasta 1.124,4 millones de euros, mientras que el beneficio neto cayó casi un 29%, situándose en 165,2 millones, y el EBITDA descendió un 2,6%, hasta 328,9 millones.

No obstante, la compañía sigue mostrando fortaleza financiera. La deuda financiera neta se redujo a 150,3 millones, prácticamente la mitad que el año anterior, dejando un ratio DFN/ebitda de apenas 0,3 veces, un nivel excepcionalmente bajo en su sector. Esa disciplina permite mantener inversiones estratégicas y reforzar la competitividad industrial.

A pesar de la revisión de Santander, Vidrala mantiene sus previsiones para 2025: alcanzar un EBITDA de 450 millones de euros y una generación de caja cercana a los 200 millones, de los cuales ya acumula 155,2 millones en los primeros nueve meses del año. Esta capacidad de generar recursos propios asegura que pueda seguir invirtiendo en innovación y eficiencia, incluso en un mercado más desafiante.