La aerolínea británica anunció el pasado siete de noviembre que en los últimos seis meses de su ejercicio (hasta el 30 de septiembre) ha registrado una pérdida neta de 49 millones de libras (unos 60,7 millones de euros), frente a los 493 millones de libras (unos 611 millones de euros) de beneficio del mismo periodo de 2007. Los beneficios semestrales brutos de British Airways tuvieron una caída del 91,6 por ciento, al situarse en 52 millones de libras (unos 64,4 millones de euros) frente a los 616 millones de libras (unos 763 millones de euros) del mismo periodo del ejercicio anterior.

Según el director ejecutivo de la compañía, Willie Walsh, el periodo se ha visto afectado por los precios récord del combustible y la retirada de la actividad en varias aerolíneas, y lo calificó, al anunciar los resultados de "los seis meses más sombríos" para la aviación comercial. British Airways tiene previsto que el coste del combustible se sitúe en torno a los 3.000 millones de libras (unos 3.720 millones de euros) a finales del ejercicio.

Su futuro socio comercial, cuando se realice la fusión a lo largo de 2009, Iberia, anunció cinco días más tarde que su beneficio neto caía un 77,1 por ciento en los nueve primeros meses del año (hasta septiembre), al situarse en 51,1 millones de euros frente a los 223 millones del mismo periodo del ejercicio anterior. Esta caída fue justificada por la compañía española en función del precio del combustible y por el debilitamiento de la demanda, que en el caso de los vuelos domésticos ha sido especialmente importante por la incidencia de la entrada en funcionamiento del tren de alta velocidad en el corredor entre Madrid y Barcelona.

En el caso de Iberia, el coste por el combustible supone el 29 por ciento del total de sus gastos de explotación, y ascendió a 1.201 millones de euros en los tres trimestre de 2008, es decir, 374,2 millones más respecto al mismo periodo del año anterior. Air France-KLM, resultado de la absorción de la segunda por parte de la primera, anunció el 20 de noviembre de que sus beneficios en el primer semestre de su ejercicio contable caía un 82,3 por ciento, con respecto al mismo periodo de 2007, al situarse en los 196 millones de euros.

Asimismo, esta compañía destacó que los gastos de funcionamiento de la compañía habían aumentado un 9,3 por ciento, y que este incremento venía dado fundamentalmente por el coste del combustible. La alemana Lufthansa es la que ha presentado hasta el mes de septiembre (tercer trimestre de su ejercicio) mejores resultados, con una caída de su beneficio neto de un 9,3 por ciento, respecto al mismo periodo de 2007, con un beneficio operativo de 984 millones de euros.

También la caída ha sido atribuida a los altos precios del petróleo y a una "coyuntura desfavorable" para el desarrollo de la aviación comercial.

No obstante, los directivos de las cuatro grandes aerolíneas confían en finalizar sus ejercicios fiscales con mejores cifras, y así mientras Iberia ha decidido ajustar más su oferta a la demanda, BA confía en obtener un "pequeño beneficio" y Air France-KLM ha anunciado que gracias a la flexibilidad aplicada "el grupo va a salir reforzado de la crisis"