En su segunda operación de la semana, el banco central estadounidense decidió comprar 6.054 millones de dólares en títulos del tesoro en manos de otras entidades bancarias (frente a los 9.900 que se le habían ofrecido), así como 2.696 millones en títulos de agencia (frente a los 6.700 ofertados), siempre a través de su banco regional de Nueva York, encargado de realizar estas operaciones. Sin embargo, del total de deuda adquirida en esta operación, a un tipo de interés máximo de 5,11% y con vencimiento a un día, únicamente 1.000 millones de dólares estaban
respaldados por créditos hipotecarios, aunque la Reserva Federal recibió ofertas para comprar 3.850 millones.El sector hipotecario atraviesa una crisis
de falta de efectivo que está afectando a los mercados financieros, debido a la gran cantidad de hipotecas de alto riesgo (subprima), a la ralentización o estancamiento del ritmo de crecimiento de los precios de las viviendas y a la consiguiente pérdida de confianza por parte de los inversores.La compra de instrumentos financieros es la principal herramienta con la que cuenta la Reserva Federal para inyectar liquidez en el sistema y contribuir así a mantener los tipos de interés interbancarios cerca de su objetivo.