El resultado del 'banco naranja' refleja un impacto negativo de 584 millones de euros por la depreciación de su cartera inmobiliaria, así como el drástico aumento de las provisiones por créditos fallidos, que sumaron 852 millones, casi cuatro veces más que hace un año y un 10,3% por encima del importe destinado a esta partida en los tres primeros meses del año.


El negocio bancario de ING registró un
resultado bruto negativo de 204 millones de euros, lastrado por el negocio minorista, que ganó un 23,7% menos, y especialmente por las pérdidas brutas de 175 millones registradas por su unidad ING Direct, enseña bajo la que opera en España, así como el resultado negativo de 148 millones de su división de banca comercial. Por su parte, el negocio de seguros registró un resultado bruto de 278 millones, un 73,3% menos que hace un año.

De este modo, ING, que en octubre de 2008 se vio forzado a recurrir a una ayuda de 10.000 millones de euros por parte del Gobierno holandés, registró pérdidas netas de 722 millones de euros en los seis primeros meses del año, frente al beneficio neto de 3.460 millones del mismo periodo de 2008.

El consejero delegado de ING, Jan Hommen, reconoció que, "a pesar de que se comienzan a observar signos de recuperación en los mercados financieros, se espera que las condiciones económicas continúen siendo difíciles por algún tiempo".

Asimismo, la entidad, que decidió no pagar dividendos a sus accionistas en 2009, apuntó que ha logrado ya reducir sus costes operativos en 525 millones respecto al objetivo inicial de 1.000 millones fijados para el conjunto del año, por lo que que ahora prevé reducir sus costes en unos 1.300 millones.

Además, ING ha recortado su plantilla en 8.129 efectivos, por encima de la reducción de 7.000 empleados prevista inicialmente, mientras que ha reducido su balance en 164.000 millones de euros, frente al objetivo inicial de 110.000 millones.