La semana pasada el nuevo presidente de General Motors, Fritz Henderson, señaló que su empresa espera que uno de estos posibles compradores de su división europea firmen una declaración de intenciones en las próximas dos o tres semanas.
Según las fuentes consultadas por Financial Times, General Motors podría haber solicitado a un inversor el pago de 500 millones de euros en capital que se inyectarían directamente en Opel/Vauxhall.
General Motors se ha comprometido a invertir 3.000 millones de dólares en una nueva compañía formada por sus operaciones europeas, en la que Opel abarcará la mayor parte. Asimismo, la empresa ha solicitado 3.300 millones de euros en créditos públicos para esta nueva corporación, que tendrá su sede en Alemania.
General Motors podría mantener una participación minoritaria en este nueva empresa, aunque está estudiando diferentes opciones, como la posibilidad de que los empleados sean los propietarios de una parte del capital, lo que mantendría a la corporación estadounidense como el mayor accionista individual.
Por otro lado, el grupo automovilístico tiene intención de deshacerse de su filial sueca Saab, que se encuentra en situación de suspensión de pagos desde el pasado mes de febrero, por una pequeña cantidad de dinero o sin recibir remuneración con el fin de finalizar la escisión de la marca.

