En la primera vuelta de los comicios Bolsonaro consiguió 49,3 millones de votos, lo que supone el 46% del escrutinio, mientras Fernando Haddad llegó a los 31,4 millones con un porcentaje del 29,3%, aunque algunos votos se quedaron en formaciones más pequeñas como el Partido Democrático Laborista, de centro izquierda, el Partido de la Social Democracia Brasileña, situado en el centro ideológico. Sin embargo, el real brasileño ha dejado de depreciarse frente al dólar y rebota un 14% desde sus mínimos anuales marcados en septiembre.

 

 

El mercado descuenta la victoria del polémico Bolsonaro tras un año en el que la divisa brasileña acumula una caída del 11,3% frente al dólar y del 6,5% frente al euro. La bolsa brasileña, el Bovespa, en divisa local se revaloriza en 2018 un 8,4%. La empresa que mejor retorno ha tenido en los últimos doce meses ha sido Vale con un alza del 70%, seguido de la petrolera Petrobras con un 67%.

“Las acciones brasileñas también continuaron con una tendencia al alza en la última semana, ya que los inversores se mantuvieron optimistas con respecto a la promesa de Bolsonaro de poner en práctica políticas favorables al mercado. Sin embargo, el tribunal electoral del país está investigando las denuncias que les acusan de haber realizado una campaña concertada en WhatsApp para insultar a su oponente. Una sentencia de culpabilidad lo haría inelegible para la elección por ocho años”, explican desde la gestora Aberdeen Standard.

Las propuestas económicas de ambos candidatos

El candidato mejor situado para sustituir a Michel Temer al frente de la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido comparado en los últimos meses con líderes como Donald Trump, Marina Le Pen o el filipino Rodrigo Duterte y el prestigioso diario británico Financial Times ha calificado su programa como ‘autocrático’, en el que unas pocas personas concentran todo el poder frente a los controles de los sistemas liberales.

Bolsonaro se muestra crítico con el matrimonio homosexual, el aborto y se ha mostrado en numerables ocasiones nostálgico con la dictadura militar brasileña que rigió Brasil entre 1964 y 1985. En entrevistas con el diario carioca Folha y Bloomberg ha prometido la independencia del banco central, un programa de privatización de las empresas estatales lo que ayudaría a frenar la corrupción, aunque descartó la inversión extranjera en sectores estratégicos.

 

 

El exmilitar defiende un sistema de pensiones basado en la creación de cuentas de ahorro para la jubilación para los ciudadanos que opten por gestionar directamente sus contribuciones sociales, mientras que también propone una reforma laboral en la que los trabajadores negocien de forma individual sus condiciones laborales.

Fernando Haddad, por su parte, tiene una agenda política más proteccionista y de marcada tendencia izquierdista, defiende la recuperación de las empresas públicas, las ayudas públicas a los emprendedores, valora la inclusión de un salario mínimo y plantea una nueva reforma tributaria basada en los principios de “progresividad y fomento de la transición ecológica”. Para frenar la corrupción propone el fortalecimiento de la democracia “tanto representativa como participativa”.

La bolsa española se juega 46.000 millones

Más allá de quién gane las elecciones, la bolsa española se juega alrededor de 46.000 millones de euros en estos comicios, según los datos que recoge Factset. Banco Santander es la compañía española más expuesta con un 25,2% de sus ingresos en el mercado brasileño, Telefónica cuenta con unas ventas del 21,5%, DIA con un 21,2%, Mapfre con un 21,1%, Iberdrola se juega un 16,3% de sus ingresos, Prosegur un 9,3%, Naturgy un 8%, y Repsol un 6,6%.

 

 

Telefónica se refirió a este cita en su folleto continuado del pasado 10 de octubre al afirmar que las elecciones en Brasil y la negociación del Tratado de Libre Comercio entre EEUU, Canadá y México "son focos de posible inestabilidad cambiaria para el corto y medio plazo". España es el país europeo más expuesto a Brasil, y a su vez este mercado es el tercero en importancia por facturación por parte del Ibex 35, sólo por detrás de España y EEUU.