El secretario del Tesoro norteamericano, Timothy Geithner,  atribuye la decisión a la ira desatada en Estados Unidos cuando se conoció que los altos ejecutivos de la división financiera de la empresa rescatada de la quiebra en una intervención estatal por valor de 180.000 millones de dólares cobrarían el 15 de marzo los llamados "bonus".

El reparto de 165 millones de dólares en primas entre los ejecutivos de la división a los que se achaca gran parte de la responsabilidad en el actual desastre financiero ha causado indignación entre los contribuyentes estadounidenses, dado que el Tesoro tiene el 80% de la compañía.

Geithner reitera que está tratando de resolver el problema de los abusos con las primas a ejecutivos en las compañías intervenidas por Estados Unidos para evitar el colapso del sistema financiero.

Sin embargo, la cadena televisiva ABC aseguró ayer que durante el proceso de negociaciones de las ayudas económicas, los líderes de ambas cámaras del Congreso y la Casa Blanca eliminaron del plan de estímulo económico una medida que hubiese restringido las bonificaciones de AIG.

Antes de que Geithner difundiera su carta, los líderes del Congreso de EEUU anunciaron que presentarán una medida para restringir las bonificaciones de los ejecutivos de la aseguradora AIG y recuperar, a través de impuestos, parte del dinero que la empresa obtuvo del Gobierno.

Una de las destinataria de la misiva, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, dijo que había instruido a varios comités con jurisdicción en asuntos financieros para que presentaran esta semana un proyecto de ley para recuperar el dinero que "malgastaron" empresas como American International Group (AIG).

"Hemos pedido en reiteradas ocasiones a los ejecutivos que han llevado a nuestro sistema financiero al borde del colapso con sus prácticas irresponsables que devuelvan sus bonificaciones y demás compensaciones", dijo Pelosi.

Entre las medidas que sopesarán los comités, explicó Pelosi, figuran autorizar al fiscal general de EEUU a que recupere el dinero que han pagado en compensaciones "excesivas" empresas como AIG que se beneficiaron de la ayuda del Gobierno; prohibir el abuso en las bonificaciones y recuperar una parte sustancial de las mismas a través del cobro de impuestos.

El líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, dijo que quienes recibieron esas bonificaciones "no podrán quedarse con todo el dinero".

Reid fue secundado por el senador demócrata de Nueva York, Charles Schumer, quien advirtió que el Congreso recuperará el dinero por las buenas o por las malas.

Las encuestas reflejan la creciente indignación de la opinión pública estadounidense pues AIG otorgó bonificaciones a sus empleados por un total de 165 millones de dólares con el dinero que recibió del Gobierno dentro de un plan de rescate financiero.

La oposición republicana reprocha al presidente de EEUU, Barack Obama, su incapacidad para evitar ese cobro y el senador Richard Shelby, el republicano de mayor rango en el Comité de la Banca del Senado, dijo que Geithner debió impedir ese pago.

Actualmente, el Departamento del Tesoro impone un impuesto del 25% a las bonificaciones inferiores a un millón de dólares y del 35% para cifras superiores a ese monto.