El Royal Bank of Scotland (RBS), uno de los bancos más castigados por la crisis crediticia, registró en 2008 unas pérdidas atribuidas de 24.137 millones de libras (27.274 millones de euros), las mayores de la historia empresarial británica. En un comunicado remitido hoy a la Bolsa de Valores Londres, el RBS informó de que las pérdidas contrastan con el beneficio de 2007, cuando alcanzó 7.303 millones de libras (8.252 millones de euros).

La entidad, que en 2007 adquirió el banco holandés ABM Amro, debió ser rescatado el año pasado por el Gobierno británico a raíz de la crisis crediticia global. Las fuertes pérdidas del RBS se conocieron al mismo tiempo que se informó de que el ex director ejecutivo del banco Fred Goodwin, de 50 años, recibirá una pensión anual vitalicia de 600.000 libras (678.000 millones de euros).

Según los detalles del balance del RBS divulgados hoy, las pérdidas del RBS antes de impuestos en 2008 se situaron en 40.667 millones de libras (45.953 millones de euros) frente al beneficio del año anterior de 9.832 millones de libras (11.110 millones de euros).

Los ingresos totales del banco alcanzaron los 25.868 millones de libras (29.230 millones de euros) en 2008 frente a los 30.366 millones de libras (34.313 millones de euros) de 2007.

Las pérdidas del RBS derivadas de la controvertida adquisición en 2007 del banco holandés ABN Amro fueron de 16.196 millones de libras (18.301 millones de euros).

El banco explicó que, a raíz de la crisis, el RBS llevará a cabo un plan de reestructuración para recuperar su fortaleza.

Así, se centrará en operaciones más pequeñas en el Reino Unido y recortará los costes del grupo. Además, el RBS informó de que espera colocar 325.000 millones de libras (367.000 millones de euros) de activos tóxicos en un programa de protección respaldado por el contribuyente. El RBS, parcialmente nacionalizado, recurrirá al llamado Programa de Protección de Activos creado por el Gobierno, por lo que el banco pagará 6.500 millones de libras (7.345 millones de euros) al Tesoro para poder tomar parte en el mismo.

El nuevo director ejecutivo del RBS, Stephen Hester, dijo hoy que este plan "nos ayudará a reducir el riesgo para los accionistas".

"Estamos, por supuesto, en una posición privilegiada como para reestructurar el grupo con el apoyo del Gobierno británico. Con ese privilegio hay responsabilidades que tenemos intención de cumplir. Tenemos muchas decisiones difíciles por delante", agregó.

"Todo el mundo en el RBS está concentrado en el camino hacia la recuperación", puntualizó Hester en la nota.

El comunicado de hoy no aporta detalles sobre la reducción de puestos de trabajo, pero los medios británicos no descartan la posibilidad de que lleguen a los 20.000.

El secretario general del sindicato del sector financiero Unite, Dereck Simpson, manifestó su frustración por la falta de detalles.

"Estamos profundamente frustrados por la falta de claridad sobre las propuestas de reestructuración sin detalles firmes sobre los empleos", subrayó Simpson.

"La incertidumbre que atraviesan estos trabajadores es inaceptable", puntualizó.