Por esta razón, la patronal inmobiliaria prevé que comience a recuperarse la actividad constructora residencial, porque de no ser así "se podría provocar la pérdida de más de 700.000 empleos y restar 1,5 puntos al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB)".Frente a este escenario, el G-14 aclara que
desde el sector no se están pidiendo "subvenciones de ningún tipo" para las compañías inmobiliarias, sino "la vuelta a los niveles de financiación necesarios y siempre a los precios que marque el mercado".Según el G-14, en España se necesitan una media de 400.000 nuevas viviendas al año
para atender la demanda prevista hasta 2015, que se estima en más de 3,7 millones de inmuebles.En este sentido advierte de que, con el bajo nivel de iniciación de inmuebles actual, si aflorase de golpe la demanda embalsada, podría producirse un nuevo desajuste de mercado, ya que ante la escasez de oferta los precios volverían a subir.