Aisa, que cotiza en bolsa, tiene suspendidas sus acciones por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), su auditor no ha querido respaldar las cuentas y cerró 2007 con pérdidas de 138 millones de euros.El juez Francisco de Borja Villena reconoce en el auto que "Aisa atraviesa por graves dificultades económicas", pero advierte de que no cumple los supuestos para que sea declarada en situación de concurso.La difícil situación económica de Aisa, defendida por el abogado Carlos Noguera, "no es de inmediato equiparable al concepto jurídico de insolvencia", señala el auto, según el cual no concurren ninguno de los cuatro hechos tipificados para dicha insolvencia.Tampoco se ha producido, en opinión del juez, sobreseimiento de pagos, ya que los acreedores por impago suponen una cifra que "no es superior al 5% del pasivo exigible".
Más peticines rechazadasTambién rechaza el juez la pretensión de Asefa de que ha habido alzamiento de bienes y señala que, aunque se han otorgado garantías hipotecarias, "en los presentes autos de forma alguna, y en todo caso, la existencia de tales actos jurídicos no pueden por su sola presencia justificar el alzamiento de bienes"."En el momento de solicitud de concurso ni existen ejecuciones pendientes ni embargos derivados de las mismas que afecten de un modo generalizado al patrimonio del deudor", señala el auto del juez.En el mismo sentido recuerda que Asefa "no dispone de título alguno por el que se hayan despachado ejecución o apremio sin que resulten del embargo bienes libres bastantes para el pago", que sería otro de los puntos en los que podría apoyarse la apelación del demandante a la insolvencia.Pese al revés sufrido por Asefa, que piensa recurrir la sentencia, el juez no la condena en costas, alegando para ello "la situación económica de Aisa y la fluctuación del mercado inmobiliario".Al no condenar en costas, el juez dificulta de hecho de que Aisa pueda reclamar daños y prejuicios a Asefa por la solicitud de concurso.La sentencia es un balón de oxígeno para Genís Marfá, presidente de Aisa
, que este viernes encara una difícil junta de accionistas en Barcelona.