Los precios al consumidor en Estados Unidos registraron en junio su mayor aumento en un cuarto de siglo, lo que podría ejercer presión sobre la Reserva Federal en su intento por encontrar un equilibro entre el incremento del desempleo, los trastornos en los mercados financieros y el repunte de las presiones inflacionarias. Más preocupante aún para las autoridades monetarias podrían ser las señales de que los precios de los alimentos y la energía están empezando a trasladarse a la economía en general, como lo demuestran los ascensos del mes pasado en los precios de la vivienda, el transporte y los servicios. Sin embargo, dado que la Fed esperaba cierto ascenso en los precios en el corto plazo,
es poco probable -por ahora- que las cifras modifiquen las expectativas en Wall Street de que el banco central mantendrá sin cambios las tasas de interés en su reunión del próximo mes. El índice de precios al consumidor ascendió un 1,1% en junio, su mayor incremento mensual desde junio de 1982, informó el miércoles el Departamento de Trabajo. El índice básico -que excluye los alimentos y la energía- subió un 0,3%.