Los líderes del G-20 han resuelto incrementar los recursos económicos del Fondo Monetario Internacional (FMI) en 500.000 millones de dólares (373.000 millones de euros), con lo que su financiación total disponible sería de 750.000 millones de dólares. La cifra supone triplicar los fondos de la institución financiera global, principalmente para economías en problemas. En virtud del acuerdo, cuyas líneas principales se han filtrado a la prensa mientras los jefes de Estado y de gobierno de los 22 países -el G-20 más España y Holanda- siguen reunidos, se darán más recursos financieros al organismo ante la oposición de Francia y Alemania de aprobar estímulos fiscales y económicos, como pedían Estados Unidos y Reino Unido.

De momento se ha pospuesto retrasar una 'lista negra' de los paraísos fiscales a lo largo de este año, de cara a la progresiva y futura eliminación de estas jurisdicciones que facilitan la evasión de impuestos, tal como estaba previsto en el programa de hoy. según informó a Europa Press el portavoz de Intermón Oxfam, Jaime Atienza.  Dicha 'lista negra' incluiría a los países que no colaboran a la hora de suministrar información fiscal a otras jurisdicciones y podría acarrear el establecimiento de penalizaciones, dentro de los esfuerzos de los países reunidos en Londres para avanzar en los mecanismos de supervisión y control del sistema financiero.

En declaraciones a los medios de comunicación, el titular del Tesoro británico, Alistair Darling, restó trascendencia al posicionamiento del eje franco-alemán, que había amenazado con abandonar la cumbre en caso de no recabar compromisos "concretos" en materia de regulación y se mostró convencido de que el "gran" trabajo del anfitrión, el primer ministro, Gordon Brown, dará como consecuencia un pacto global.

Así, después de que tanto el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, como la canciller alemana, Angela Merkel, exigiesen un armazón "inmediato" de supervisión internacional, Darling explicó que "todo el mundo está de acuerdo en la necesidad de contar con una normativa más dura". "Y es en eso en lo que estamos trabajando", subrayó.

Con todo, el ministro del Tesoro aclaró que la de hoy es una "parte del proceso" que implicará seguir negociando para dar como resultado un sistema que garantice la reedición de un colapso financiero como el que actualmente asola a las economías de todo el planeta. "No se arregla en una sola noche", recordó.

OPTIMISMO

En este sentido, el secretario financiero del Tesoro británico, Stephen Timms, expresó también su "optimismo por el éxito" de la cumbre, pese a las divisiones existentes en torno a la apuesta por nuevos estímulos fiscales abanderada por Estados Unidos frente a la contención por la que aboga la mayoría de los países europeos; así como en las exigencias en materia de supervisión internacional.

Mientras los líderes mundiales celebraban la primera de las sesiones plenarias, posterior al desayuno con el que arrancó el encuentro, Timms aseguró en una comparecencia que "hoy se verá acuerdo", puesto que "hay un fuente sentido de interés compartido" en la "urgencia" de consensuar recetas contra la recesión global y "arreglar esto". "Va a pasar: vamos a tener un resultado exitoso que dará la oportunidad de salir adelante", declaró.

El dirigente financiero explicó que tanto las grandes potencias como los países emergentes comparten las bases comunes en cuanto a "cómo reconstruir la economía", la necesidad de reforzar la regulación y el interés por reformar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instuciones financieras internacionales. Asimismo, aludió al incremento de recursos para este organismo, si bien todavía sin cifras, pese a que las últimas que circulan elevan el total a 500.000 millones de euros, el triple de la capacidad actual. 

SIN DIVISIONES

Además, rechazó divisiones por los paquetes de estímulo y recordó que, hasta ahora, ha tenido lugar la mayor expansión fiscal jamás registrada, así como un "más que destacable progreso" contra los paraísos fiscales que, según él, sería imposible "tres o cuatro meses atrás". En consecuencia, trasladó su "más que amplia bienvenida a este avance" que, según él, ha permitido que "la era del secretismo bancario llegue a su fin".

"La información deberá intercambiarse", aseveró, tras lo que detectó una "sensación de urgencia, pese a que "hay mucho trabajo por hacer". En consecuencia, los responsables financieros han quedado de verse nuevamente en noviembre para evaluar el alcance de las medidas adoptadas hoy en materia de transparencia. "La ausencia de ésta contribuyó gravemente a aumentar la severidad de la crisis", añadió.

Por último, cifró los puntos centrales de la reunión en la apuesta por la transparencia; la adopción de acciones para recuperar la senda de crecimiento; garantizar el rechazo al proteccionismo, nombrando los países que introduzcan barreras para el comercio; y con garantías de que se mantiene el compromiso con el desarrollo y el cambio climático. "Todo el mundo es consciente de la importancia de todas estas medidas y ahora nuestra tarea es culminarlas", declaró.