Según su propuesta, el Gobierno podría dar incentivos financieros a los bancos que acepten convertir las hipotecas con problemas en créditos más asequibles, y con condiciones mas favorables.

Esta medida parece ser estudiada en la actualidad por el Departamento del Tesoro, que en estos momentos lleva la batuta del plan de rescate del Gobierno, y que está bajo presión por su falta de agresividad para ayudar a los propietarios particulares.

El Tesoro estudia asimismo una medida paralela, que permitirá al Gobierno destinar parte de los 700.000 millones de dólares en comprar hipotecas directamente y en renegociar sus condiciones.