El Pacto de Estabilidad y Crecimiento en tiempos normales limita el déficit público de los estados miembros al 3% del producto interior bruto. Sin embargo, esta exigencia se suspendió por la crisis financiera debido a que los Gobiernos destinaron enormes cantidades de dinero de sus contribuyentes a apoyar los dañados sistemas bancarios y luego para incentivar la demanda.

Todos los estados miembros han presentado planes para reducir sus déficit públicos a niveles inferiores al 3% del PIB en 2013. Sin embargo, las iniciativas de los países de la zona euro más afectados por la crisis no han sido suficientes para convencer a los mercados financieros y la rentabilidad de los bonos estatales en esos países ha subido bruscamente por las fuertes ventas de las últimas semanas.