Banco Santander ha llegado a un acuerdo con la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), que actualmente es el administrador judicial del banco en quiebra Signature Bank para adquirir una participación en una joint-venture que agrupará una cartera de créditos inmobiliarios por 9.000 millones de dólares, (8.200 millones de euros).
La entidad que preside Ana Botín se hará con una participación del 20% de la empresa conjunta, que gestionará un segmento de los activos inmobiliarios comerciales de Signature Bank, por 1.100 millones de dólares (1.000 millones de euros).
Los activos en cuestión están respaldados por propiedades de renta estabilizada y serán supervisados por la empresa conjunta, mientras que Banco Santander se encargará de la administración de los préstamos de la cartera. Se espera que la operación se cierre en 2024.
“Esta compra se engloba dentro de la estrategia del banco de crecer en EEUU como uno de sus principales mercados, y le permitirá expandirse en el negocio del sector inmobiliario comercial”, señala la analista de Renta 4 Nuria Álvarez. “No esperamos impacto en cotización, se trata de una operación pequeña que supondrá tan solo un consumo de capital de 2 pbs, permitiéndole al banco mantener su objetivo de CET 1 “fully loaded” >12%”, apunta la experta.
Renta 4 da una recomendación de ‘sobreponderar’ a Banco Santander, con el precio objetivo en 5,67 euros. Eta valoración se traduce en un potencial alcista de un 50% respecto a la actual cotización.
No obstante, Renta 4 se sitúa entre las casas de análisis más optimistas sobre el valor. Según datos recopilados por Reuters, de media los analistas dan al valor un consejo de ‘comprar’ y un precio objetivo de 4,96 euros que está un 30,8% por encima de su cotización.
Hoy las acciones de Banco Santander bajan un 0,65% a media sesión hasta marcar 3,76 euros. Los títulos han acumulado una revalorización de más de un 40% en lo que va de año, con la capitalización bursátil en unos 61.000 millones.
Desde el punto de vista del análisis técnico, las acciones del Banco Santander “comenzaron una fase correctiva de corto plazo el 12 de diciembre”, explica Sergio Ávila, analista de IG. “Desde entonces nos encontramos con una sucesión de máximos y mínimos decrecientes, con los indicadores técnicos girados a la baja por lo que lo más probable es que la presión bajista a corto plazo continúe”.
El experto destaca que “el primer soporte importante se sitúa en los 3,707 euros, de perderlo podría ir a buscar su media de largo plazo que pasa por los 3,55 euros”. “Para volver a pensar en positivo deberíamos ver un cierre diario por encima de los 3,813 euros o la formación de un suelo en la fase correctiva”, concluye Ávila.
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