El consorcio en el que participa Abertis ya ha superado el proceso de precalificación organizado por las autoridades locales, si bien la configuración definitiva del mismo no está completamente perfilada.El gobernador de Pennsylvania tiene en estudio la privatización de la mencionada autopista, una vía de peaje de unos 800 kilómetros de longitud, que une la costa este y el medio oeste de EEUU, y con cuya concesión las autoridades del estado calculan ingresar alrededor de 20.000 millones de dólares (13.550 millones de euros).Alemany ha explicado que existen "diez o doce" grupos que están interesados en esta licitación, que no espera que se formalice en el corto plazo, ya que hasta el próximo año "no se podrá visualizar un poco más por dónde van los tiros".Entre esos grupos interesados de los que habla el consejero delegado de Abertis hay otras compañías españolas como ACS, Cintra (filial concesionaria de Ferrovial) y el grupo Isolux.En opinión de Alemany, la entrada en EEUU será clave después de experiencias como la puja por la Skyway de Chicago y el intento de concursar por la Indiana Toll Road (ambas conseguidas por Cintra), así como el tanteo de una pequeña autopista de Denver que finalmente adquirió Brisa y a la que decidieron no presentar oferta porque no encontraron suficiente "masa crítica".Además de EEUU, para Abertis son prioridad estratégica los países con sistemas jurídicos "muy asentados", donde buscan infraestructuras ya construidas.Dentro de estos países está Brasil, "donde nos encontramos en buena posición para proyectos futuros", o Chile, en el que Abertis ya explota aparcamientos y una plataforma logística.En Chile, ACS tiene en venta sus participaciones en las autopistas Nor-Poniente y Norte-Sur de Santiago de Chile, la variante El Salto-Kennedy y la interurbana Santiago-Valparaíso-Viña del Mar.Sobre la posibilidad de comprar esos activos, por los que Abertis ya presentó una oferta en 2006, Alemany ha dicho que actualmente no existen conversaciones, si bien ha asegurado que "es evidente que en algún momento habrá que volver a plantearse esta cuestión".El atractivo para los inversores de estas autopistas, una operación de unos 1.000 millones de euros, no radica sólo en la estabilidad de la economía chilena, sino en que se trata de participaciones significativas que permitirían al comprador controlar estas concesiones en el país andino.En referencia al aumento de la participación de Abertis en la concesionaria de autopistas portuguesa Brisa, Alemany ha explicado que están "más cómodos" con el 14,58 que con el 10% y ha descartado que se trate de un intento por hacerse con el control de la compañía."No tenemos intención de cambiar nuestra política en Brisa a corto plazo. Hemos crecido siempre en base al diálogo y no se nos conocen opas hostiles", ha dicho Alemany.