Cuando Ben Bernanke asumió el cargo el 1 de febrero de 2006 tenía un duro reto por delante. Hacer frente a la alargada sombra que dejaba su antecesor en el cargo,
Alan Greenspan, que dejaba su sillón después de casi 20 años. A muchos les parecía difícil poder calzarse los zapatos del viejo profesor, un economista que se había caracterizado por poner en marcha una política económica cargada de personalismos y adornada con un lenguaje que ha dejado expresiones eternas como “exuberancia irracional”.

Pero Bernanke entró poco a poco, no en vano había sido gobernador de la FED desde hacía cuatro años. Desde el primer momento se mostró de acuerdo con algunas de las máximas de Greenspan, como la de que era necesario para la economía un escenario de inflación baja y estable.

Eso sí, Ben Bernanke, decidió dejar su señal y comenzó a poner en marcha algunas prácticas, como la publicación de los resúmenes de proyecciones económicas de los miembros de la FED (SEP), que ayudan a conocer y a informar de las políticas de la FED.

Justo antes de que se produjera el gran cataclismo el propio Bernanke advertía de la posibilidad de una caída de los precios de la vivienda. Pero nadie fue capaz de prever lo que ocurriría después y menos tras uno de lo que los detractores del actual presidente de la FED ven como uno de sus principales errores: dejar caer a Lehman Brothers.

El gobernador de la autoridad monetaria, que había sido nombrado por George Bush se hacía cargo de una situación muy parecida a la que él tanto había estudiado, la Gran Depresión de los años 30.

Bernanke reaccionó poniendo en práctica una política económica que tenía varias patas. Por un lado, la bajada de tipos de interés, que pasó desde el 5,25% al 0-0,25% actual y en menos de un año.

Los programas QE que han inundado de liquidez el sistema financiero y que han permitido que las bolsas de Estados Unidos -y medio mundo- se hayan casi triplicado desde sus mínimos desde 2009. El rescate del sistema financiero estadounidense…

Múltiples programas dirigidos a facilitar la circulación del crédito entre las familias y empresas estadounidenses. De hecho, fue uno de los valedores, además, de los programas TARP puestos en marcha por la administración Bush.

Todo esto permitió que Estados Unidos comenzara a crecer en 2009 y que no haya dejado de hacerlo desde entonces. El paro ha caído desde los máximos del 10% alcanzado en 2009 hasta el 6,7% del pasado mes de diciembre, los precios de la vivienda tocaron fondo y ahora han vuelto a repuntar.

Ese año, 2009, el que se tocaron las zonas más catastróficas para la economía la revista “Time” nombraba a Ben Bernanke como el personaje del año. No extraña que haya muchos expertos que consideren al antecesor de Janet Yellen como uno de los mejores presidentes de la Reserva Federal y al salvador de la economía estadounidense.

No ha sido gratis. Todos estos programas de expansión monetaria han llevado a que la Reserva Federal expanda su balance por encima de los 4 trillones de dólares.

balance fed


Y aún con todo, el crecimiento sigue siendo demasiado discreto, en opinión de muchos expertos. Por si fuera poco, todos siguen pensando que el desempleo sigue siendo demasiado alto y que los precios siguen estando demasiado bajos.

¿Qué le espera a Janet Yellen?

Nadie sabe muy bien en qué puede derivar todo. Yellen, que es muy cercana a las teorías económicas de Bernanke –dovish- tiene la labor de comandar la nave por las inquietantes mareas de la recuperación, sobre todo de la monetaria.

A pesar de que llevamos 5 años de crecimiento –modesto-, algunos expertos como los de Goldman Sachs consideran que aún le queda camino por recorrer. En un reciente informe explicaban que, tradicionalmente, las crisis provocadas por un pinchazo inmobiliario suelen derivar en recuperaciones lentas y largas. Y esto es, en opinión de estos expertos, lo que tenemos por delante.

Se puede ver en el siguiente gráfico que dibuja la recuperación en las 24 crisis provocadas por pinchazos de burbujas inmobiliarias que se han producido en 15 países del mundo desde los años 70. Las cinco mayores (big five) fueron las de Japón (1982), Finlandia (1991), Suecia (1991), Noruega (1987) y España (1977).  De hecho, esto derivaría en más subidas de la renta variable y del precio de la vivienda.

recuperación mercados


En esta firma esperan un crecimiento del PIB estadounidense del 3,3% este año tras haberse expandió un 1,9% en 2013. La cifra sería muy parecida en los próximos años. Así, consideran que el país liderará la reaceleración de la economía global este año.

Los retos más inmediatos de Yellen serán los de concluir con éxito la retirada de estímulos, el tapering sin interrumpir demasiado a la recuperación.

Posteriormente tendrá que empezar a normalizar los tipos de interés. Aunque todo el mundo espera que el encarecimiento del dinero comience en 2016, lo cierto es que va a depender en mayor medida de la evolución de la inflación. Por eso esa será una de las variables que tendremos que empezar a vigilar con mayor énfasis en los próximos meses.

De hecho, la FED tiene que empezar a reducir su balance. Si la tarea más difícil ha sido la de Bernanke evitando el desastre, o la de Yellen, dirigiendo la recomposición del buque, habrá que esperar para verlo.