Manuel Arroyo, director de Inversiones de JP Morgan AM, aseguraba en un desayuno con los medios que existen tres motivos que pueden haber llevado al metal dorado por debajo de los 1.400 dólares la onza: Chipre, la protección frente a la inflación y el retorno a la renta variable.

ORO (FUENTE:BLOOMBERG)


El primer actor en entrar en escena fue el país chipriota. El Gobierno de Nicosia anunció públicamente su intención de vender sus reservas de oro para hacer frente a los pagos que tiene pendientes ante el insuficiente rescate aprobado por Bruselas de 10.000 millones de euros. Finalmente, las necesidad de capital de Chipre podrían ascender al doble de esta cantidad, un precio que el Eurogrupo no estaría dispuesto a asumir. “Se teme, además, que el Banco Central de China venda reservas (de oro)”, apuntaba Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG. “Esto puede llamar a ventas por parte de otros bancos centrales y fondos”.

En esta línea, Rafael Ojeda, director de Análisis de Miramar Capital EAFI, afirmaba que los dos mayores “compradores de oro son India y China” y podrían estar en estos momentos moderando sus compras en el metal dorado ante la 'desaceleración' que sufre el crecimiento chino. El último dato publicado por China hablaba de un crecimiento del PIB del 7,7%, por debajo del 8% que esperaba el mercado y que desató pérdidas en las bolsas mundiales el pasado lunes. Caída que, por cierto, ha arrastrado a otros metales “como la plata y el bronce con un desplome similar del 10%”.

Segundo aspecto a tener en cuenta: el oro como refugio. Quizás su papel haya comenzado a cambiar. Victoria Torre, responsable de Análisis y Mercados de Selfbank, apunta precisamente en esta dirección al recordar que los inversores puede que ya no vean “la necesidad de buscar refugio” como sí ocurría el año pasado. Analistas internacionales como Manuel Andrade, de Saxo Bank, decía la semana pasada que este 2013 es el año de la renta variable, luego ¿para qué protegerse? De hecho, Arroyo reconocía que “los riesgos de la eurozona son menores en estos momentos, al menos, porque ya se ha descartado prácticamente una salida de algún país de la unión monetaria”.

Pero es el último aspecto el que debería dar que hablar a los inversores. ¿Cómo es esto de protregerse frente a la inflación cuando en los países desarrollados es algo que ni existe? Titulaba The Montley Fool este mismo jueves aquello de “El colapso del oro: ¿el comienzo de algo más importante?”. El por qué de la relevancia de este artículo es por las declaraciones que recogen del presidente de la FED de San Francisco, John Williams, que nos hacen pensar... “Espero ver en la revisión de los datos de creación de empleo una mejora sustancial para el verano”. Ergo, ¿es el fin del quantitave easing de la Reserva Federal? Quizás las medidas de estímulo se retiren en algunos meses y no allá por el año 2015 tal y como apuntan las previsiones de grandes firmas como JP Morgan en base a las perspectivas de mejora del mercado laboral estadounidense por debajo de la tasa del 6,5% pretendida por la FED para desenchufar la imprenta. “Si esto sucede”, continuaba Williams, “podríamos terminar el programa de apoyo a finales de año”; algo 'impensable', dicen desde el rotativo, 'un mes atrás'.

“Durante el QE2 el oro y, más aún, la plata subieron con fuerza, pero en este QE3 han caído en torno al 25%”, afirma Pingarrón.


...¿Y no hay nada más?
El terreno de la rumorología es más divertido. Ojeda afirmaba esta semana que “un gran banco estadounidense cuatro millones de onzas”. La pregunta es... ¿quién?

Off the record muchos analistas reconocen que podría haber algo más detrás de esta caída que, sin duda, califican de “brusca”, como comentaba Torre.

Pao Bastidas, analista GKFX, apuntaba a “un razón más sencilla” y es que “cuando hay un activo con tantas posiciones largas es muy fácil que aquellos que tienen la potestad de mover el mercado a su antojo pueden hacer ganadoras sus posiciones” simplemente vendiendo y, por ende, desatando el pánico en el activo que se supone refugio. Paradójico.

Ahora la cuestión es: ¿ha estallado una burbuja, si es que la había? “Sin duda el pinchazo ha sido muy drástico. Esto no es una corrección, es una tendencia lateral bajista de medio plazo y no veo síntomas de agotamiento”, dice Pingarrón.

Y no es el único que lo piensa. Jorge del Canto, analista independiente, afirma que “lo más normal es que veamos nuevas caídas hacia 1.400, nos entretengamos en este nivel y luego salga adelante. Es pronto para comprar oro pensando en una revalorización para el medio plazo”. Esto es como todo en los mercados...dentro de un tiempo conoceremos el por qué probablemente de los movimientos.