Centrarse en la asignación de activos
Cuando hacemos una revisión sobre la evolución de ejercicios pasados solemos fijarnos en la revalorización de nuestras carteras. Probablemente éste sea un aspecto importante, y por eso lo haremos, pero nuestro análisis no debería comenzar, ni limitarse a la comparación de los retornos.
Desde nuestro punto de vista, deberíamos iniciarlo revisando si nuestra asignación de activos (la mezcla entre bonos, acciones, efectivo y/u otros activos) se alinea con nuestros objetivos de inversión.
 

Para aquellos inversores que necesiten un crecimiento a largo plazo para alcanzar sus objetivos, o si solo quieren batir a la inflación, probablemente sea necesario que tengan algún tipo de renta variable. El aumento de la austeridad en el sentimiento de los inversores desde 2008 ha provocado que muchos inversores decidan apostar muy bajo por la renta variable, sobre todo si se miden sus objetivos y sus necesidades. Además, con el aumento de la especulación sobre la evolución de los tipos de interés en la segunda mitad de 2016, los inversores han incrementado también el miedo hacia los bonos.
 
Sin tener en cuenta los motivos que nos han llevado a ello, tener una amplia posición de liquidez en las carteras supone un enorme coste de oportunidad que reduce la rentabilidad. Aunque tener un fondo de emergencia, o un fondo monetario para realizar una compra en el corto plazo es una decisión aguda, no se deje llevar. Si considera que tiene más efectivo del necesario, invertirlo puede ser un movimiento inteligente a largo plazo.
 
Diversificar el riesgo
Además, la revisión de los activos en su cartera puede revelar la necesidad de aumentar la diversificación. Su portfolio no debería estar invertido por completo en un sector o en una zona geográfica. Incluso si ese sector o ese área es muy importante (como por ejemplo, Estados Unidos), o genera muchos titulares (como la tecnología), sigue siendo todavía una pequeña porción de un conjunto mucho más grande.  Diversificar sus activos a través de un gran número de sectores es necesario, ya que las acciones de un mismo sector suelen comportarse normalmente de la misma manera.
 
Asegúrese de revisar todos sus activos cuando tenga la oportunidad. Muchas veces en los últimos años nos hemos encontrado con inversores con un peso muy importante en su cartera del sector energía y una gran parte de su portfolio en una Master Limited Partnership –también del sector de la energía-. O inversores que poseen una gran cantidad invertida en REIT para diversificar su cartera de la renta variable, sin que se den cuenta de que los REIT también son acciones que están incluidas dentro del sector inmobiliario, que tiene un peso del 2,9% en el S&P 500 y un 4,3% del Russell 3000.
 
En nuestra experiencia, una cartera globalmente diversificada equilibra las oportunidades y la gestión del riesgo usando la ponderación de sectores y de países como un plano de construcción. Puede usar el MSCI World Index como patrón, pero esto no significa que haya que replicar las ponderaciones exactamente. Si usted cree que algunas categorías lo harán mejor o peor, tiene sentido que ajuste su cartera en consecuencia. Dese cuenta que puede estar equivocado,  con lo que tener una exposición globalmente diversificada reduce los riesgos.

Olvide los protagonismos
 
Continuando con el tema de la diversificación, ninguna compañía debería tener una ponderación superior al 5% en su cartera. Cuanto mayor sea el porcentaje, mayor daño puede causar si las cosas van mal, tal y como pueden atestar los accionistas de Enron. Debe recordar que no debe cargar su cartera con una sola acción, no importa lo buena que usted piense que es. Algo a tener en cuenta también en renta fija, donde a menudo vemos cómo los inversores suelen tener enormes posiciones de una compañía o un de un municipio, por ejemplo. La diversidad también importa cuando hablamos de bonos.
 
Tener una cartera diversificada no es fácil. Puede requerir la venta de sus “posiciones ganadoras “, o mantener o comprar algunos “lastres”, algo que resulta una decisión poco innata al ser humano. El orden preferencial es un error de comportamiento, que nos incita a querer ver solo cifras en verde cuando consultamos nuestras cuentas. Con todo, cuando todos los activos se comportan igual lo que se asume es una falta de diversidad, lo que es un gran riesgo.

Calcular la rentabilidad
Una vez que ya hemos revisado la asignación de activos y la diversidad, hay que enfrentarse a la rentabilidad. Una consideración útil: si añadimos o retiramos activos de nuestra cartera, los cálculos del retorno deben tener en cuenta esos movimientos. Obviamente, no deben compararse solamente los valores de inicio y final del periodo que estamos calculando. Deberían usarse algunos ratios como el Time Weight Return (TWR), un término que se usa en la jerga financiera anglosajona que se refiere a una medida de rentabilidad que elimina la incidencia de los flujos netos de caja. Se obtiene calculando la media geométrica de los retornos diarios sin considerar aportes ni retiradas. Esto implica que si usted quiere comparar rentabilidades debería pedirle a su asesor que haga esos cálculos primero. Ellos podrían hacerlo de una forma sencilla. Además, asegúrese que se incluyen dividendos e intereses.

La arbitrariedad del calendario
Cuando comience a analizar los números del año pasado, no asuma que un solo año explica todo lo que ha pasado. La mayor parte de los inversores deben hacer sus planes para más de un año, y probablemente esos periodos cortos de tiempo no dicen mucho sobre su estrategia o su cartera. Y en lo que concierne al calendario, ningún mercado alcista en la historia ha comenzado un día 1 de enero y ha terminado el día 31 de diciembre. No hay nada especial en un ciclo basado en un año del calendario, ya que el contexto y las circunstancias que lo rodean importan más. Nosotros, humildemente, sugerimos que los análisis de un periodo más largo son más significativos.

Comparar manzanas con manzanas
Sea cual sea el periodo de tiempo que elija, no olvide usar un baremo (o índice) apropiado con el que medirse. Este índice debe estar alineado con la asignación de activos y la composición de su cartera. Si su cartera está compuesta por un 70% de renta variable y un 30% de bonos, sería incorrecto compararlo con un índice 100% de bolsa. Necesita una mezcla.

Incluso dentro de una misma clase de activos, asegúrese que compara activos que son similares. ¿Compararía la rentabilidad de una cartera compuesta exclusivamente de bolsa de Estados Unidos con un índice venezolano? Ridículo, ¿no le parece? El mismo error –una comparación inapropiada subyace al equiparar índices americanos, con una cartera global, o con carteras compuestas con activos extranjeros. Si usted está diversificado globlamente e invertido totalmente en renta variable, debería compararse con un índice global. Si lo que posee son activos americanos, debe hacerlo con un selectivo americano. Y tal y como hemos dicho anteriormente, creemos que la diversificación global es mejor. En cualquier caso, no todos los índices se han creado de la misma forma: bajo ninguna circunstancia el selectivo con el que se compare debería estar compuesto por 30 acciones seleccionadas aleatoriamente con poco parecido al mercado en general.

En este mismo sentido, compararse con otras cosas, como la cartera de su vecina es un error. Incluso si los dos tienen la misma edad, han crecido en el mismo barrio y los dos son Libra. Ella podría tener necesidades de inversión y objetivos diferentes a los suyos, con lo que su asignación de activos no tiene por qué parecerse a la suya. Es más, usted no sabe si está gestionando el riesgo: podría tener seis acciones en un único sector y sin control de riesgos, lo que es sin duda una estrategia muy poco inteligente.

Última consideración
Finalmente, hay un aspecto que suele pasarse por alto en las revisiones anuales de la cartera; un análisis de lo que se hizo bien y lo que se hizo mal. Si, por ejemplo, usted temió al Brexit, a Trump o al Deutsche Bank, no lo olvide y aprenda. La naturaleza humana nos hace querer rehuir de los errores, pero son unas estupendas herramientas de aprendizaje. Cuando se produzcan situaciones parecidas en el futuro, usted tendrá una valiosísima perspectiva a la que acudir antes de centrarse en los particulares de cada caso.

Fisher Investments España es la sucursal española de Fisher Investments Europe Limited, compañía propiedad de Fisher Investments. Fisher Investments es una gestora de inversiones privada e independiente. Fisher Investments Europe delega la gestión de carteras a su empresa matriz. Este artículo refleja la opinión del equipo editorial de Fisher Investments. Dicha opinión puede cambiar en cualquier momento. Se proporciona la información sobre los mercados de valores con fines informativos. Este artículo no debe considerarse una recomendación de inversión para que compre o venda valores concretos.