Bill Gross asegura que la situación en los próximos meses – o años- lo llevan a perder el sueño. Él y el jefe de inversiones de la entidad, Mohamed El Erian consideran que nos enfrentamos a la llegada de un punto de inversión en los mercados financieros. Es decir, nos podríamos encontrar con el inicio de una nueva burbuja, o el estallido de la que se está formando en la actualidad gracias a las políticas extremadamente expansivas de los grandes bancos centrales. (Ver artículo
)

Gross afirma que la resolución será, probablemente, gradual -a no ser que se produzca un acontecimiento tipo Lehman Brothes-. En ello tendrá mucho que ver las decisiones que tome Janet Yellen cuando tome las riendas de la Reserva Federal en enero.

El inversor pone de ejemplo como posible catalizador del cambio en los mercados, la decisión de Ben Bernanke de anunciar la retirada de estímulos el pasado mes de mayo provocó una reacción en cadena en algunos activos, fundamentalmente en los bonos.

Desde ese momento, Bill Gross ha escrito varios artículos en su web explicando la conveniencia de seguir invirtiendo en bonos, ya que los inversores se lanzaron en masa a la compra de renta variable.

Tanto es así que los fondos de PIMCO –la mayor gestora de renta fija del mundo- sufrieron redenciones por un importe de casi 40.000 millones de dólares sólo en el tercer trimestre del año, según los datos de Morningstar.

El inversor apunta que las buenas revalorizaciones de estos activos se basan en los bajos tipos de interés y asegura que este contexto es igual de negativo para la renta variable que para la renta fija y que, simplemente, los mercados creen que las acciones son el mal menor en estos momentos.

El secreto, para Gross, es volver a los bonos y hace referencia al artículo que escribió el pasado mes de agosto (Ver noticia sobre ese artículo).

El experto asegura que el tapering se producirá el año que viene, con la eliminación total de las políticas de Quantitative Easing, aunque los bajos tipos de interés se mantendrán durante más tiempo.

Si eso se produce, Gross asegura que los treasuries y los bonos corporativos, así como las hipotecas, van a producir retornos bajos, aunque muy defensivos ante la situación que se nos avecina.