"First Annapolis" señala que el negocio de las tarjetas de crédito está cambiando en Europa debido, entre otros factores, a la presión regulatoria de países como Reino Unido o España hacia unas menores tasas de intercambio que las entidades se cobran entre sí en los pagos con tarjeta, y considera que los emisores europeos necesitarán incrementar intereses o comisiones para mantener el margen de beneficio.En concreto, el estudio afirma que las entidades que puedan estimular el pago aplazado por tarjetas de crédito, "se beneficiarán no sólo de una nueva fuente de ingresos, sino una ventaja competitiva sostenible".El estudio revela que para muchos consumidores el valor de la tarjeta "revolving" deriva de la capacidad para hacer "compras espontáneas o sin planificación", puesto que un comprador con tarjeta de débito debe seleccionar cuánto va a pagar antes de realizar la compra.La consultora recomienda "incrementar las opciones de pago flexible", "simplificar el proceso de 'revolving" haciéndolo ser una parte más de las ventajas de la tarjeta", "ofrecer incentivos adicionales" y aumentar "la comunicación y la cultura del cliente" respecto a este tipo de pagos para desarrollar el negocio de tarjeta con pago aplazado.