El oro sigue en una escalada sin control desde hace meses. A partir de finales del pasado año, con todo el ruido que se generó desde Asia, el metal precioso comenzó a desarrollar una tendencia alcista ante las dudas de muchos inversores de que la situación global se tornase más oscura de la que en realidad estaba visualizando.
El precio de una de las hard commodities más seguidas siguió en auge y no ha parado hasta situarse en los niveles en los que cotiza en la actualidad. La escalada se ha ido incrementado a golpe de ruidos y de rumores. Ya cuando empezaron a salir los primeros sondeos de un posible Brexit, el oro avanzó sin control. Hasta que, finalmente, se confirmaron los peores presagios: el abandono de Gran Bretaña de la UE.
Después de esa confirmación el precio del metal dorado alcanzó cotas que llevaba tiempo sin conseguir. Hasta que en la presente jornada ha conseguido clavar la bandera sobre los máximos de 2014, que se establecieron alrededor de los 1.370 dólares la onza. Algo que hace que camine sin control hacia los máximos de 2013, que se encuentran sobre los 1.400 dólares la onza.
¿Pero tiene más recorrido el oro? Si nos centramos en el aspecto técnico que se observa con nuestros filtros, sumado a la incertidumbre global que hace que los inversores sigan protegiéndose en el metal precioso, muestran que el oro se encuentra en fase alcista, mientras que recibe una puntuación de 9,5 puntos en una escala que se mueve entre el cero y el diez.
Los indicadores evidencian que su tendencia es alcista tanto en el medio como en el largo plazo. Además, su momento total lento y total rápido es positivo. El volumen de contratación es creciente en todos los marcos temporales, mientras que la volatilidad es decreciente en el largo plazo. El único factor negativo es la volatilidad en el medio plazo, que en estos momentos es creciente.