
Los principales índices bursátiles se mantienen en niveles récord, pero el mercado camina sobre una cuerda floja. Entre tensiones geopolíticas, datos macroeconómicos mixtos y la incertidumbre en torno a la Reserva Federal, crece el temor a una posible corrección inminente. Javier Niederleytner, agente financiero de Abanca, analiza los factores que podrían desencadenar un giro brusco en los mercados y qué señales no debemos ignorar si queremos proteger nuestras inversiones en el último tramo del año. Te interesa: Bolsa en máximos y miedo en el aire: ¿cuándo llegará la corrección que nadie quiere ver?.
En este entorno “hay una mezcla de buscar refugios y que la fiesta continúe. Muchos conflictos geopolíticos en ciernes. Incluso estancamiento económico, como el caso alemán, mientras el DAX es uno de los índices más rentables. No tengo ni idea de qué va a pasar. Lo que sí puedo hacer es construir una cartera que se adecúe a este escenario. Y este tipo de activos de más calidad y de reparto de dividendos me parecen especialmente buenos”, dice Carlos Arenas, director de análisis de fondos de Ei. “La calidad lo hace mejor en momentos de incertidumbre y de caída. Sobre el dividendo sobra la explicación. Pero lo peculiar de este activo es que no necesariamente sube menos cuando los mercados son alcistas”. Ver: El mercado está en máximos, por eso precisamente invierto en Quality Dividend.
En este contexto, hay algunas clases de activos que comienzan a brillar. Una es la región emergente. En un contexto marcado por déficits fiscales crecientes en Europa y Estados Unidos y por un crecimiento más moderado en las economías desarrolladas, la renta variable emergente se perfila como una alternativa con mayor resiliencia y potencial. Ana Carrisso, de Fidelity, defiende que estos mercados cuentan con márgenes fiscales más amplios, empresas con primas de crecimiento superiores al 14% y un abanico de oportunidades diversificadas en regiones como China, India o Corea. Todo ello, en un escenario global donde la fragmentación y la volatilidad ya no son excepciones, sino rasgos estructurales del nuevo régimen de mercado. Ver: "En un mundo con más deuda y volatilidad, los emergentes aportan resiliencia y diversificación".
Este año se están dando dinámicas económicas muy distintas en el plano global, con contrastes en el ritmo de crecimiento, la evolución de la inflación y las estrategias fiscales entre Asia, Europa y los países de América Latina, por lo que es esencial tener claro las diferencias a la hora de invertir.
Ambas regiones representan una nueva vía de oportunidades para el inversor astuto que desee descorrelacionarse de la bolsa de EEUU (incluso invertir más allá de China), buscando mejores valoraciones y potencial de crecimiento futuro. Aquí hay varios factores clave que hay que tener en cuenta, como por ejemplo el papel juega la política monetaria de EEUU en la evolución de las divisas y los flujos de capital hacia estas regiones. No te pierdas: LATAM o Asia: la batalla por el liderazgo en inversión global ya está en marcha.
Si hablamos de temáticas que siguen estando en el “candelero”, la tecnología es clave. La fiebre por la inteligencia artificial ha llevado a que casi la mitad de los grandes índices esté concentrada en compañías ligadas a esta tecnología. Valoraciones disparadas, inversiones récord y falta de visibilidad en los retornos abren el debate: ¿estamos en la antesala de una nueva burbuja puntocom o aún queda un largo recorrido de crecimiento? Ver: ¿Burbuja tecnológica 2.0? La IA ya pesa un 40% en bolsa: “Lo que antes se monetizaba en 20 años, ahora dura solo 4”.
Para esta selección de activos, es clave el tipo de gestión que se haga en cartera. La gestión activa lleva un tiempo mirada con lupa, bajo un asedio, que ni Viriato. Con estadísticas sobre los fondos que baten a su benchmark, muchos dicen que la gestión activa no sirve para nada. “Soy el primero que saca los datos de lo poco que vencen, a largo plazo, los fondos de gestión activa a su índice de referencia. Repito, soy el primero que hace estadísticas sobre eso y lo publica. Pero eso es para defender que las estrategias pasivas no son malas y pueden convivir con la gestión activa. En ningún caso para decir que la gestión activa no vale. Porque sí que vale, y mucho. Ojo, la pasiva también.”, dice Arenas. Ver: En defensa de la gestión activa, otra vez…
(La de fondos) Es una industria curiosa. Muchas veces la gente entrega su dinero a un amigo, a un conocido o a un gestor en quien confía, pero eso no significa que sepa manejarlo bien. En otras profesiones no sucede lo mismo: un médico que falla en demasiadas cirugías pierde la licencia rápidamente, lo mismo que un abogado que nunca gana casos. Sin embargo, en la gestión de carteras puedes tener una gran visibilidad, buen marketing, hacerte conocido… y aun así no aportar ningún valor real al cliente.
La realidad es que, si a largo plazo no superas el 8-9% anual, no estás generando valor. El problema es que muchos clientes no lo saben: ven un 4-5% de rentabilidad y piensan que su gestor es un genio. Además, existe lo que yo llamo “marketing perverso”: algunos gestores presentan solo los resultados desde un punto muy bajo del mercado, como marzo de 2020, y muestran un retorno acumulado del 90%, sin contar que antes habían caído un 80%. En otros casos abren nuevas clases de fondos y enseñan solo esas cifras, que pueden reflejar un 20-30% de subida, pero ocultan el historial completo, que es muy pobre. Ese tipo de prácticas son muy peligrosas, asegura Pedro Escudero. CEO de DOMA Perpetual Capital. No te pierdas: "Una cartera demasiado diversificada no aporta valor al inversor. Es rendirse a la media del mercado”.
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