¿Cuáles son los principales catalizadores al alza y a la baja que observa ahora en los mercados de renta variable?

Lo más llamativo este año está siendo quizá algo que durante otros ejercicios quizá no era tan importante: la incertidumbre política, que se ha hecho con un papel tremendamente clave en todas las Bolsas. El impacto del populismo está ahí y, tal vez, sería a día de hoy el mayor catalizador, más a la baja que al alza, durante los próximos meses. Sin ir más lejos hemos tenido en este “campeonato electoral”, los cuartos de final con Holanda, la semifinal con Francia, y ahora llegan dos nuevos eventos, que serían la final de la competición: Reino Unidoy, sobre todo, Alemania.

Por otro lado, la parte más positiva que puede encontrarse el mercado durante todo este año son los resultados empresariales. No sólo en España, lo estamos viendo prácticamente en todo el Viejo Continente, las compañías están, a base de beneficios, justificando las cotizaciones que traían hasta hace muy poquitas jornadas.

Tras el primer asalto fallido del Ibex 35 a los 11.000 puntos, ¿qué niveles debemos vigilar en el selectivo?

La zona que pesa en la psicología de todos son esos 11.000 puntos que probablemente actúen de freno para el mercado en las próximas jornadas; y en la parte baja, los 10.200, que fue un nivel tremendamente complicado de superar en el pasado y que ahora debería actuar como soporte en el caso de que viésemos caídas a futuro.

Son niveles que entre si están muy alejados y que entre medias nos queda ese rango intermedio en el que nos estamos moviendo, y en el que nosotros pensamos que vamos a estar durante las próximas semanas.

Es complicado dar un porcentaje al alza para el Ibex, sobre todo teniendo en cuenta que venimos de una subida del 16% y nos encontramos tan solo en el mes de mayo. Así, nosotros particularmente nos conformamos casi con mantener estos niveles de cara a fin de año, que no con tratar de obtener algo más.  

La reciente corrección, ¿ha dejado alguna oportunidad destacada en la Bolsa española? ¿Y en el resto de Europa?

Por ciclo económico, es verdad que aquellas compañías ligadas a la parte media, incluso tardía, del mismo, sectores como el financiero o el industrial, se están comportando bien durante todo este 2017.

Nosotros tenemos una exposición mayor de la habitual a valores de pequeña y mediana capitalización. Concretamente a industrias como la de componentes de automoción, y en España contamos con excelentes compañías comoCie Automotive, Lingotes Especiales, Gestamp… Empresas que por lo general han aprovechado estos años de crisis para salir de ella de una forma más reforzada, reduciendo su apalancamiento y con ello teniendo el beneficio añadido de reducir gastos financieros, y esto es lo que principalmente les está impulsando a crecer en los últimos años a múltiplos que quizá no se podrían imaginar hace no mucho.

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Crucemos al Atlántico. A vueltas con la capacidad de Donald Trump de implementar su programa económico y ante el avanzado ciclo de Estados Unidos, ¿queda potencial en Wall Street?

Sí, creemos que sí. Es cierto que a día de hoy Estados Unidos está claramente sobrecomprada. En términos de price to earnings normalizado en los últimos 10 años y ajustado por el ciclo se encuentra un 60% por encima de la media histórica, por lo cual es evidente que quizá no estamos en precio, pero también lo es que hay sectores que aún pueden añadir beneficio porcentual a las carteras de los inversores.

Nosotros nos fijamos mucho en banca, particularmente de inversión. De hecho, que Trump, dentro de su controvertido mandato, haya decidido dar carpetazo a la regulación Dodd-Frank sin lugar a dudas es un factor muy positivo que a buen seguro impulsará sus resultados.

Finalmente, en otros mercados, descontada la extensión en el tiempo de los recortes de producción acordados por la OPEP, ¿hacia dónde puede dirigirse el petróleo?

Pensamos que de la reunión del cártel va a salir un poco el “que todo siga igual”, es decir, que por parte de la OPEP se mantenga ese recorte en la producción. Hay que tener en cuenta que este mercado todavía no está del todo ajustado, sigue habiendo un exceso de oferta, incluso con gran parte de los productores limitando su capacidad, al final estamos viendo como el precio está buscando ese acomodo, en el caso del Brent, en torno a los 50 dólares por barril.

De cara a futuro, quizá nosotros trataríamos de buscar la solución no en el lado de la oferta, que es algo que siempre se suele mirar en el caso del petróleo, sino más mirando hacia la demanda. Es cierto que la introducción de nuevas tecnologías, de energías que no requieren un uso tan intensivo que no requieran un uso tan intensivo de esta materia prima, va a derivar en que el crecimiento de la demanda sea más reducido que en años anteriores.

 Y, además, a todo esto le tenemos que añadir que las nuevas técnicas de extracción, como es el fracking, hayan hecho que ahora mismo este mercado haya pasado de estar siempre dominado y analizado desde el punto de vista de la oferta, a quizá más desde el de la demanda.

Así, nosotros buscaríamos que mientras no haya una ruptura de ese dilema del prisionero en el que vive la OPEP, en el cual sale mucho mejor abandonar el acuerdo y pasar a producir más y ganar cierta cuota de mercado que mantenerse dentro de él, pues veríamos estos niveles, en torno a los 50 dólares para el barril de Brent, un poco más abajo para el West Texas, como zona de estabilización. 

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