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La tan esperada OPV del Grupo Ant ha generado mucha emoción, a pesar de los últimos acontecimientos. El 2 de noviembre, la Comisión Reguladora de Banca y Seguros de China y el Banco Popular de China emitieron un documento de consulta, introduciendo nuevas medidas centradas en los microcréditos. Como resultado, la salida a bolsa de Ant ha sido suspendida nuevamente. Queda por ver cuál será el resultado de los nuevos requisitos, pero independientemente de algunos riesgos y equilibrios seguirá siendo un asunto relevante en el futuro.

Aunque la oportunidad de crecimiento y la posibilidad de que Ant y otras entidades alteren las formas tradicionales de intermediación bancaria, son factores que parecen justificar una valoración elevada, siguen existiendo varios riesgos que los inversores deben tener en cuenta. Por el contrario, puede decirse que los cuatro grandes bancos de China cotizan a precio de saldo, sea cual sea la métrica que se utilice.

Es cierto que los riesgos persisten, pero por el momento la economía de China se ha recuperado más rápido que cualquier otra economía importante, y los bancos ya han hecho grandes provisiones para cualquier posible pérdida de préstamos resultante. Los inversores también deben considerar que no es probable que el gobierno permita que las fintechs crezcan a costa de desestabilizar los bancos participados por el estado. El gobierno ha adoptado recientemente una postura política más acomodaticia, que beneficiará directamente al sector bancario y a los cuatro grandes.

Brian Bandsma, Portfolio Manager, Vontobel Asset Management, comenta:

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Hace varios años que Alibaba ha analizado la posibilidad de sacar Ant a bolsa. En el camino se han encontrado con varios desafíos, entre los que destaca el cambio del entorno reglamentario. Sin que fuera una fuente de ingresos específica para una empresa en particular, hace un par de años, era importante obtener intereses de la posición en efectivo de los clientes. En un intento por reducir el riesgo de fraude y malversación, el banco central puso fin a esta práctica exigiendo a las empresas fintech que mantuvieran depósitos en reserva sin que se devengaran intereses. Es posible que este no sea el último gran cambio normativo, ya que en esta etapa el modelo de negocio y los posibles riesgos para el sistema financiero son nuevos y desconocidos.

El reciente retraso de la Comisión Reguladora de Valores de China en la OPV al investigar las dudas que habían surgido en torno venta de acciones de Alibaba en Ant a fondos de inversión a través de la propia plataforma, indica que el regulador se está tomando en serio sus obligaciones.

Una de las estrategias para que Ant crezca es que se expanda en el extranjero. La compañía tiene algunas inversiones fuera de sus fronteras, pero las finanzas y la banca son actividades que despiertan una alta sensibilidad política. Normalmente, las instituciones financieras son bienvenidas cuando traen capital a un mercado. Si se considerara que Ant lleva capital chino a otros mercados, la recepción sería mucho más cálida; pero con el estado actual de la geopolítica y la postura más agresiva de China, esto puede limitar la capacidad de la empresa para expandirse fuera de su mercado doméstico. Por el momento, la India y EE.UU. están poniendo cada vez más difícil las cosas para que las empresas chinas de Internet operen en su país. Desde la gestora, no creen que se trate de incidentes aislados.

El último gran riesgo a considerar es el de la innovación financiera. Sólo hay que echar la vista atrás y fijarse en la crisis financiera mundial para entender lo que esto implica. A pesar de la nueva terminología, la banca y los préstamos son algo bastante sencillo y estable. Todo gira en torno a evaluar adecuadamente el riesgo de impago, fijar adecuadamente el precio de ese riesgo y reservar prudentemente a medida que los riesgos evolucionan.

Los magos financieros pueden crear nuevas estructuras financieras y proporcionar pruebas de que reducen de alguna manera el riesgo, pero la historia demuestra que estos riesgos permanecen. Gran parte del argumento para que los modelos de fintech desafíen a la banca tradicional es que están desarrollando nuevos modelos de evaluación crediticia basados en cosas como la inteligencia artificial o datos de transacciones de mayor frecuencia.

Suena plausible, pero también lo eran los préstamos ninja, los valores respaldados por activos o los intercambios de créditos por incumplimiento hace 13 años. El riesgo de invertir en bancos estatales se basa en la política de inversión crediticia, que dirige los préstamos a sectores o industrias favorecidos sin importar la calidad, o abusos personales como el amiguismo o el soborno.

Además, como sus equipos directivos no tienen que preocuparse tanto por el riesgo de la mala asignación de capital, tienden a ser menos minuciosos en la evaluación de la calidad del crédito o en la provisión precisa de las posibles pérdidas. Como la contabilidad de un banco depende en gran medida del juicio de la dirección, la evaluación cualitativa del valor de un banco de propiedad estatal es un reto desde cualquier óptica.

Sin embargo, en los últimos años se han producido importantes reformas en el sector bancario de China.

Al menos desde el punto de vista de los cuatro grandes bancos -Banco de China, Banco Industrial y Comercial de China, Banco de la Construcción de China y Banco Agrícola de China-, los controles internos han mejorado y los riesgos derivados de las malas decisiones de préstamo o de la actividad fraudulenta han disminuido. Los encargados de los préstamos y la alta dirección están debidamente incentivados para evaluar el riesgo de reembolso y aprobar los créditos en consecuencia.

Y para no olvidar las lecciones aprendidas de la crisis financiera mundial, no se permitirá que las instituciones financieras de importancia sistémica quiebren y caigan en la bancarrota. Los inversores de renta variable pueden enfrentarse al riesgo de dilución por la inyección de nuevos fondos de capital, pero estos cuatro bancos son demasiado grandes para quebrar.

Aunque parece que las posibilidades de que Ant siga mejorando sus beneficios a un ritmo elevado, es importante considerar estos riesgos y valorar si vale la pena pagar más de 40 o incluso 50 veces las ganancias de este negocio cuando los bancos demasiado grandes para quebrar, que tienen al menos la capacidad de crecer al mismo ritmo que la economía china, cotizan con ratios PER de entorno a cinco veces. 

Una cosa de la que los inversores de Ant no tienen que preocuparse tanto es que, como parte de la familia Alibaba, Ant está a salvo en términos de gobierno corporativo. A pesar de que al principio, poco después de la salida a bolsa de Alibaba, cuando fue atacada por varios vendedores a corto occidentales que citaban cuestiones relacionadas con la divulgación de información y la gobernanza empresarial, Alibaba es una empresa bien gobernada, con una dirección que se toman en serio su responsabilidad fiduciaria; una cultura que se ha transferido a Ant.