El grupo de inversores fue diverso, 170 inversores institucionales de todo el mundo, incluidos planes de pensiones públicos y privados, fondos soberanos, compañías de seguros, instituciones financieras y fundaciones, así como inversores privados.

Sam Pollock, jefe del grupo de infraestructuras de Brookfield dijo “el fuerte nivel de apoyo recibido por parte de los inversores refleja la creciente demanda mundial en infraestructura”.

Según información divulgada por la compañía, el fondo ya ha invertido 8.000 millones (40% del capital) en un conjunto diversificado de negocios de infraestructura, incluido el mayor operador ferroviario de corto recorrido y gasoductos en América del Norte, infraestructura de datos en América del Sur, Nueva Zelanda, India y Reino Unido y una cartera global de activos de energía renovable.

Los sectores en los que invierten este tipo de fondos van desde:

  1. Transporte (tranvías, carreteras, estacionamientos, líneas férreas y puertos):402 kms de autopistas, más de 440.000 usuarios de carreteras por año,20.000 pasajeros ferroviarios al año
  2. Utilities (redes de calefacción urbana, tratamiento de agua, residuos y redes eléctricas):más de 13.000 kms de red eléctrica,554 GWh/año de red eléctrica
  3. Infraestructura digital (redes de fibra óptica, centros de datos, etc):15.000 kms de fibra óptica, +6m enchufes FTTH en Francia
  4. Infraestructuras sociales (edificio gubernamental, hospitales, escuelas, universidades, etc): 2.000 camas de hospital, 98.000 plazas en instituciones educativas

Claramente es un producto en auge, sobre todo para un periodo como el actual, de final del ciclo económico expansivo. En 2019 algunas de las acciones del Ibex de este sector fueron claramente las ganadoras con revalorizaciones de doble dígito como Cellnex +94,7%, Ferrovial +55,8%, Aena +31,7%, Acciona +31,5%, etc. También el índice S&P Global Infraestructure alcanzó una rentabilidad en 2019 del 21,8%.

Los activos de infraestructura ofrecen el potencial de crecimiento constante de dividendos, protección contra la inflación y crecimiento de capital a largo plazo.  Es un sector con una capitalización de mercado superior a los 2.000 millones de dólares y las perspectivas de crecimiento siguen siendo favorables debido a factores estructurales que incluyen cambio climático, revolución digital y la urbanización.

Y la pregunta ¿cómo pueden los “otros” inversores participar de estrategias de inversión en infraestructura? pues bien, hay varias opciones, entre ellas existen tanto el crowdfunding inmobiliario, fondos de capital riesgo, acciones individuales, ETF y fondos mutuos, que es lo más sencillo y rápido. Sin embargo, hay que buscar aquellos que inviertan en empresas respaldados por activos, que tengan flujos de caja constantes y a largo plazo, fuertes barreras de entrada, altos márgenes operativos y baja correlación a ciclos económicos.

Pero los inversores deben tomar en cuenta que la inversión en este sector en ningún caso puede ser menor a 5 años.

Entre los ETFs destacan el Legg Mason Global Infrastructure (no disponible en España), que en lo que va del año alcanza una rentabilidad superior al 5%; también el FlexShares Stoxx Global Broad Infrastructure Index Fund y como no podía faltar, el iShares Global Infrastructure ETF (886,88 millones de dólares de patrimonio), estos dos últimos con rentabilidades cercanas al 10% en lo que va de 2020. Alternativamente está el SPDR Morningstar Multi-Asset Global Infrastructure UCIT ETF (activos por 867,23 millones de dólares), que, a diferencia de los anteriores, también invierte en deuda.

Pero si lo que se busca es un fondo activo, el Fondo First State Global Listed Infrastructure Fund, con mas de 11 años de historia (lanzado en mayo de 2008) y gestionado desde su lanzamiento por Peter Meany y Andrew Greenup superando los 2 mil millones de libras de patrimonio. El fondo invierte en acciones de empresas que participan en infraestructura en todo el mundo, pero trata de identificar aquellas con altas barreras de entrada, poder de fijación de precios y sólidos balances, entre otros.

El fondo no invierte directamente en activos de infraestructura y puede usar derivados para reducir riesgo o gestionarlo de manera más eficiente. El proceso de inversión ha sido probado en diversas condiciones de mercado durante más de una década.

Los gestores integran los temas ESG en el proceso de inversión a través de su evaluación de calidad y modelo de clasificación. Su modelo integra 25 criterios con una puntuación cada uno. Los criterios ESG representan en 20% del puntaje de calidad general. Su referencia es el FTSE Global Core Infrastructure 50/50 index.

El fondo ha tenido un desempeño destacable, tanto a 3, 5 y 10 años, ocupando las primeras posiciones por rentabilidad y menor desviación estándar de los fondos que integran esta categoría.

 

Es una cartera bien diversificada, con un sesgo a empresas de gran capitalización, en donde EE.UU. representa más del 50% de la cartera, Zona Euro un 11%, Japón 7,3%, Canadá 7,6%, Reino Unido 5,5%, etc. Está integrada por 50 posiciones en donde, las 10 mayores representan el 39% de los activos y donde la posición en liquidez está cercana al 2%.

Los activos de infraestructura cotizados tienden a complementar otros componentes típicos de una cartera de inversión, pudiendo mejorar el perfil riesgo/rendimiento.

 

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