El S&P 500 se ha convertido en un activo refugio al que acuden los inversores en momentos de zozobra, tal y como ha ocurrido este año. No hay que olvidar, que históricamente la bolsa americana lo hace mejor que la renta variable global en mercados bajistas.

 
En este entorno, Wall Street se comporta mejor que la europea y eso que nadie tiene dudas de que sus valoraciones ya no dan mucho más de sí y de que el país se enfrenta a toda una serie de retos que podrían pasar factura a los mercados.
 
Hay que señalar, como hace Francisco Salvador, analista de M&G Valores, que en estos últimos años una gran parte de las subidas de las bolsas de todo el mundo se han apoyado en las políticas no convencionales de los bancos centrales. Quizá por eso este este experto explica que “la bolsa americana lleva un año desafiando un entorno tanto macro como micro que le presiona claramente a la baja”.  En su opinión, “el riesgo en los mercados se está incrementando, aunque la actuación de los Bancos Centrales dan una falsa sensación de tranquilidad”.
 
Javier Rillo, gestor de Ibercaja Alpha, apunta que “nuestra visión es que Wall Street está realmente caro, con unas valoraciones que no atienden a los beneficios, que han caído un 13% (si se quitan los extraordinarios). El PER que se mide con los beneficios ya obtenidos es de más de 23 veces y con estos niveles de entrada, los retornos a medio plazo no han sido positivos”.  El PER a 12 meses es menor, aunque está por encima de la media histórica, superando las 17 veces beneficios.
 
En las últimas semanas la noticia de que algunos grandes inversores han decidido abandonar la bolsa americana nos hace sospechar  que bajo esa alfombra de aparente sosiego se esconden muchos temores.  Cárpatos apunta que “efectivamente dos grandes millonarios están saliendo por piernas del mercado norteamericano. Icahn, en concreto, ha vendido una fortuna en acciones en el primer trimestre y no ha comprado nada en lo que va de año que se sepa. Es radical. Además de los comentarios que hace son durísimos: habla de un crash. Según él Wall Street está inflado por el dinero de la Reserva Federal y ha tenido una subida loca y sin sentido. Cualquiera en su sano juicio ve que el mercado inflado está. Hay que ser un poco optimista para negarlo. Es lo que están haciendo las grandes instituciones desde hace un mes, que se pusieron neutrales”.
 
Estos cambios coinciden en el tiempo con una rotación de los sectores por los que están apostando los inversores que, salvo excepciones, han comenzado a abandonar algunas grandes tecnológicas para volcarse en sectores más cíclicos como la energía y las utilities.

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¿Qué va a pasar a partir de ahora?
 
Los expertos coinciden en que lo que veremos en los próximos meses en la bolsa va a depender de muchos factores, sobre todo del comportamiento del petróleo.  Albert Enguix, gestor de GVC Gaesco Gestión, explica que “nuestra opinión es que el barril se estabilizará alrededor de los 50-55 dólares. Esto es debido a la caída de la oferta por parte de empresas de shale oil en EEUU. Un dato interesante es que el año pasado solo 35 compañías de este sector se acogieron a la bancarrota en EEUU y en lo que llevamos de año ya vamos por encima de 100”.
 
Precisamente el sector financiero es uno en los que coinciden muchas firmas, sobre todo si finalmente cristaliza la subida del precio del dinero. “Los bajos tipos, unido al efecto de los bancos centrales sobre la banca (incluso el shadow banking), están haciendo que los bancos tengan muy complicado el futuro y su capacidad de generación. Si a ello añadimos el efecto de la regulación, la demografía y los cambios tecnológicos, está claro que a muchos directivos de banca se les echa el tiempo encima”, explican en TREA.
 
Otro de los sectores que tiene la mirada de todos los expertos encima es el de la tecnología, sobre todo por el mal comportamiento de nombres como Apple, que no es capaz de levantar cabeza. El comportamiento de la acción después de la entrada de Berkshire Hathaway, el conglomerado financiero que dirige Warren Buffett, no despeja muchas dudas sobre su futuro. Encima de la mesa siguen los problemas con China y la caída de las ventas de iPhone.
 
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