EL SECTOR EN EUROPA
En el Viejo Continente el panorama del sector bancario es múltiple. Cada país va a los suyo y, por tanto, cada entidad tiene sus cuentas que arreglar con los gobiernos autóctonos. Sin embargo, en todo potaje, siempre hay un garbanzo negro y, en este caso, el gran castigado ha sido “Reino Unido”, como comentan
Alejando Varela, gestor de fondos de Renta 4.

Además, dentro del sector, la peor parte se la han llevado “los bancos de inversión frente a los que tienen presencia en mercados emergentes que han sufrido menos”, explica Escribano. Pero, dentro de toda esta vorágine, “los bancos españoles salieron beneficiados ya que demostraron su solvencia y buen hacer”, destaca Mariña Malvar, analista de Orey iTrade.

Eso sí, si hablamos de la devolución de las ayudas financieras, “Europa va un paso por detrás que EE.UU.”, reconoce Diego Escribano, director de asesoramiento financiero de BNP Paribas Fortis. Por ejemplo, en Holanda el Ejecutivo sólo ha cobrado un 56% de las ayudas y en Francia el 64%. En otros países como en Alemania o Suiza las cosas pintan peor y las deudas están en el aire.

Al margen de los rescates económicos, otra de las opciones por las que más han optado las entidades europeas en su intento por esquivar la crisis ha sido su expansión y, en especial, en los mercados emergentes. La conquista de la nueva tierra ha beneficiado a muchas casas y que sirvan como ejemplo “Santander que se ha lanzado a la conquista de los países del Sur de América, Barclays que está introduciéndose en Rusia o BBVA que se está procurando su introducción en el mercado asiático”, apuntan desde Orey iTrade.

AL OTRO LADO DEL ATLÁNTICO…
Pero en EE.UU. la cosa no pinta mejor. Los bancos estadounidenses fueron sacudidos fuertemente por el estallido de la crisis de hipotecas subprime y la consecuente crisis financiera mundial aunque, afortunadamente, el gobierno estaba allí para inyectar liquidez a las entidades. Ante el feo panorama que pintaba, Obama lanzó en octubre de 2008 un programa de socorro para bancos e instituciones financieras al borde del colapso, conocido con las siglas TARP, y el cual estaba provisto de 700.000 millones de dólares provenientes de las arcas públicas para la compra de activos basura. Grandes marcas como Citigroup, JP Morgan, Bank of America o Morgan Stanley recibieron como agua de mayo este salvavidas. A estas alturas, casi todas las entidades financieras estadounidenses han zanjado sus deudas con el Ejecutivo, lo que en estos días estamos viendo reflejado en sus cuentas trimestrales.

La mano tendida por el Gobierno a los bancos llegó tarde para 130 entidades que quebraron en 2009, pero salvó a muchas otras de una bancarrota segura. Sin embargo, esta ayuda tuvo su contrapartida en que posibilitó que el Ejecutivo se inmiscuyera en los asuntos de las financieras y aseguradoras. Ahora los bancos, dotados de suficientes recursos para devolver las ayudas, intentan desvincularse del Gobierno para volar libres y, de paso, remunerar a los altos ejecutivos atándolos con cuerda corta y evitando su huída. Todo ello en un intento de volver a normalizar las cosas como antes de la crisis.

Pero ya nada volverá a ser lo mismo, o eso es lo que pretende Obama al presentar esta semana su propuesta para reducir el tamaño de los grandes bancos, así como las actividades de trading para operaciones de cuenta propia. Si bien, “este nuevo plan, es complicado que salga adelante por el elevado lobby bancario de EE.UU., limitaría mucho los beneficios que están obteniendo actualmente las grandes entidades y los más afectados serían los más grandes (JPMorgan) y los más activos en este tipo de operaciones (Goldman Sachs)”, avisa José María Manzanares, director de productos y mercados.

Aún así, a la banca le queda una vía de escape: las fusiones y adquisiciones, movimientos que Christian Tegllund Blaajberg, jefe de estrategia de renta variable de Saxo Bank, cree que “en 2010 se verán en oleada dentro el sector bancario, tanto en Europa como en EE.UU., porque, en general, es un sector presionado”.

GOODBYE CRISIS, WELCOME BONIFICACIONES
Parece que la intención de las financieras de volver a bonificar a sus altos cargos con pluses astronómicos, que no se veían desde antes de la crisis, fue la cerilla que encendió la mecha del enfado de Obama. Las entidades se respaldan en su deseo de intentar retener a sus ejecutivos ahora que ya están saliendo de la crisis y se lavan la cara obligando, por ejemplo, a que se destinen a obras de caridad (el caso de JP Morgan). Sin embargo, el presidente de EE.UU. opina que “si los grandes bancos están en tan buenas condiciones que pueden pagar bonificaciones obscenas, también pueden devolver a la ciudadanía el dinero que los salvó del colapso”.

AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR
Así pues, ahora el Gobierno de Obama es quien pone la mano hacia arriba. Los bancos comienzan a levantar cabeza y, por el contrario, las arcas públicas sufren escasez de medios. Gran parte de las entidades ya han comenzado a devolver las ayudas prestadas, citemos por ejemplo a Citigroup, Bank of America o Morgan Stanley, algo que Pablo García, director de renta variable de ODDO califica de “positivo”, pero el presidente de Estados Unidos ha sido contundente: “el dinero que los contribuyentes pusieron para rescatar al sistema financiero será devuelto en su totalidad”. Para asegurarse de que lo recibido fue sólo un préstamo, el máximo mandatario pretende imponer el impuesto Financial Crisis Responsability Fee en 2011 a las entidades que posean un volumen de activos superior a 50.000 millones de dólares. Un gravamen que expertos como Celso Otero consideran que “frenará el crecimiento de las entidades”.

Y,si bien los bancos europeos que necesitaron el auxilio de las arcas públicas fueron menos que al otro lado del Atlántico, la Unión Europea, bajo presidencia española, abordará la posibilidad de fijar un impuesto similar al de Obama. El objetivo de esta medida en el Viejo Continente sería el de crear un fondo de estabilidad para que las entidades contribuyeran a pagar los daños causados por las crisis provocada, aunque este gravamen también “crearía gran presión en el sector financiero”, considera Diego Escribano.

MOROSIDAD: UN FANTASMA QUE SOBREVUELA LA BANCA
Los deudores han crecido en los últimos tiempos gracias al aumento del paro y el deterioro de la actividad económica, como reconocen desde el sector. En nuestro país, uno de los más afectados por este monstruo, la mora superaba el 5% a noviembre en todo el sistema financiero, cifras que casi duplican los datos de un año antes y, es que, según Alejandro Varela “la morosidad es un tema que afecta a la banca doméstica española más que al resto de Europa”, por lo que “se está desatando las provisiones para cubrir los riesgos futuros que todavía pueden surgir por este problema”. Pero eso no es todo, “si finalmente en 2010 se suben los tipos de interés en nuestro continente, aumentará la morosidad”, avisa Diego Escribano.

Este mismo analista comenta que en EE.UU., en cambio, “la morosidad está llegando al mínimo, beneficiada por la parada del deterioro del empleo y el incremento de las licencias de viviendas” pero, para Christian Tegllund Blaajberg no ha pasado la tormenta y “las entidades americanas podrían ser golpeadas por una nueva ola de impagos en el mercado inmobiliario debido a bonos hipotecarios por valor de 3 billones de euros que vencen en 2010-2011”.

Así pues, el negocio más lucrativo para los bancos, los préstamos, desde que se desató la crisis se ha convertido en su eterno dolor de cabeza. “Ni a uno ni al otro lado del Atlántico hemos asistido a una concesión del crédito en la cuantía que el dinero prestado por los bancos centrales hacía esperar”, apunta Mariña Malvar, de Orey iTrade aunque, conforme vaya mejorando la economía, aumente el empleo y suba el PIB, Escribano augura “un aumento de la concesión de créditos”, eso sí, “siempre con una mejor evolución en la economía americana que en Europa”, matiza Malvar.

RECOMENDACIONES
“No creemos que el sector bancario vaya a repetir un año en bolsa como el 2009”, admite Alejandro Varela, por lo que “hay que ser bastante cautos a la hora de invertir en él, tanto en Europa como en EE.UU.” avisa Celso Otero, quien prefiere “hablar de entidades en concreto”.

Esta última consideración es compartida por mucho expertos, como Juan Dieste, analista de Orey iTrade, que pone el punto de mira “en Citi en el medio plazo para mantener entre 4 ó 5 meses, al igual que haría con Bank of America, Bank of NY Mellon o JP Morgan”. Escribano, en cambio, opta por “Goldman Sachs en EE.UU., y en Europa, Credit Suisse, UBS, BBVA y Santander”.