La incertidumbre vuelve a aparecer más que nunca en los mercados por la victoria del candidato republicano en las elecciones estadounidenses. Las políticas que podría aplicar, entre las que consta un plan de aumento de gasto público para mejorar las infraestructuras, abriría las puertas de nuevo a la inflación. Eso ha tenido un efecto palpable en la renta fija con un desplome de los bonos y, por consiguiente, una subida de la rentabilidad.

La victoria inesperada de Trump sobre la demócrata Hillary Clinton desencadenó la salida más explosiva del mercado de bonos desde el verano de 2013. Para ser más exactos, han sido hasta unos 18.000 millones de dólares los que han salido de la renta fija desde la cita con las urnas del pasado martes.


Mercado de bonos


En este sentido, tal y como apunta José Luis Cárpatos, analista independiente, señala que las pérdidas de los mercados de bonos “los tipos reales, los que cotizan en el mercado están subiendo”. Esos tipos nominales de la FED “al final no son tan reales, los que de verdad mueven economía son los otros”.

Pero, efectivamente, en 2013 el expresidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, provocó involuntariamente una ola de ventas en el mercado de bonos al afirmar que "reduciría gradualmente el flujo de compras de bonos" a medida que mejorase la perspectiva económica de Estados Unidos. El comentario dio lugar a un selloff prolongado que provocó el aumento de la rentabilidad de los bonos 10 años desde el 1,6% hasta casi el  3% entre finales de mayo y principios de septiembre de 2013.

Ahora lo que hemos asistido es a un repunte de los bonos a 30 años de Estados Unidos hasta el 3% de rentabilidad, algo que no se veía desde diciembre del 2015. Algo que se ha trasladado al resto de regiones. Los bonos a 30 años de Alemania han superado la cota del 1%, los bonos italianos han superado el 2%... Aunque el que mide perfectamente todo esto es, en efecto, el repunte del Treasury consolidándose por encima del 2%.

Treasury americano


Por eso, la cuestión es si ahora se puede entrar en el mercado de la renta fija esperando que esta situación se prolongue y que la victoria de Trump abra la posibilidad de la mejora en el rendimiento en la renta fija gubernamental. De esta manera, muchos analistas, incluyendo el estratega jefe de Bank of America Merrill Lynch, David Woo, esperan que los bonos continúen cayendo mientras Trump y el congreso controlado por los republicanos bajen los impuestos y financien proyectos de infraestructuras.

Eso, en un principio, aumentará el déficit presupuestario e incrementará la oferta de bonos del Tesoro en la medida que aumente el endeudamiento del gobierno. "Creemos que el resultado de un barrido limpio republicano significa que el aflojamiento fiscal es ahora una conclusión inevitable y eso dará lugar lugar tanto a tipos de interés más altos y a una subida del dólar", explicó Woo en una nota.

Por su parte, Jeffrey Gundlach, director ejecutivo de DoubleLine Capital, ve un aumento en los rendimientos de los bonos que podrían elevar la rentabilidad del bono a 10 años en Estados Unidos hasta el 6% en los próximos cuatro o cinco años.

La agenda pro-empresarial de Trump es "hostil" para los bonos, dice Gundlach, ya que podría conducir a un crecimiento económico más fuerte y a un aumento de la inflación. Por tanto, el experto espera que el presidente electo "amplíe el déficit" para pagar proyectos de infraestructura y otros programas.

Eso podría generar una tasa de inflación del 3% y un crecimiento nominal del 4% al 6% en el producto interno bruto, aseguró Gundlach. "Si el PIB nominal asciende hacia el 4%, el 5%, o incluso el 6%, no hay manera de que vaya a obtener rendimientos de bonos por debajo del 2%", apuntó el gestor.

Así pues, habrá que permanecer a la espera de cómo se desarrollan los acontecimientos y cómo se van implementando las medidas de Donald Trump. Por lo pronto la teoría de lo que puede ocurrir es tomada de una forma optimista del lado del rendimiento de los bonos gubernamentales, especialmente en Estados Unidos.