Sin embargo, las balas que disparó Ackman ayer fueron como un tiro en su propio pie y más allá de hundir a la compañía, la presentación de Ackman supuso una bocanada de aire fresco para las acciones de Herbalife.
Bill Ackman
afirmaba que ayer era el día en el que haría su discurso más importante en su carrera para desenmascarar definitivamente a Herbalife. Sin embargo, después de decenas de testimonios, vídeos y resultados de investigaciones durante años, los inversores decidieron dar la espalda a Ackman y lo han hecho volcándose en la compañía que ha subido conforme avanzaba la sesión.
El director financiero de la empresa John DeSimone intervenía ayer en la CNBC para mostrar su tranquilidad. DeSimone ha dicho de Ackman "su ladrido es peor que la mordedura", en referencia al acontecimiento de hoy. De hecho, ha asegurado que el inversor no ha hecho el análisis real de la empresa e insiste en que los consumidores compran sus productos y están encantados con Herbalife. Mientras tanto Ackman sigue presentando testimonios que intentan tumbar esta teoría.
En una entrevista con la CNBC el inversor apuntaba que tienen miles de horas de vídeo grabadas que apoyan su teoría, así como documentos y testimonios de empleados de la empresa.
La batalla de Ackman dura ya más de dos años en los que ha perdido una gran cantidad de dinero con sus apuestas a corto. El propio inversor ha afirmado que ha invertido en contra de la compañía alrededor de 1.000 millones de dólares. Una postura totalmente opuesta a la que mantienen Carl Icahn y George Soros decidieran ir en contra del presidente de Pershing Square y apoyaran el valor entrando en su accionariado.
Carl Icahn compró 17 millones de acciones a un precio medio de 37 dólares por acción y ahora la compañía cotiza muy cerca de 60 dólares. El inversor ha cosechado una ganancia cercana a los 400 millones de dólares, todo lo contrario que Ackman, que continúa acumulando pérdidas en una operación que se ha convertido prácticamente en una cruzada.
Se especula que cuando Ackman anunció ayer la celebración de este evento, el propio Icahn compró más acciones de la compañía. “Me gusta Ackman, cualquiera que me hace 400 millones de dólares me gusta”. Es lo que decía el inversor la pasada semana en una conferencia en Nueva York. Hoy probablemente Icahn haya reiterado muchas veces esas palabras.
Las acciones de Herbalife caen un 15% desde que terminó el año, aunque sube más de un 35% desde mínimos del ejercicio.