Llegó la hora. Al fin México conoce ya el proyecto de reforma fiscal del que tanto se había hablado en los últimos meses. Con este nuevo plan el déficit público podría incrementarse, según apunta un informe de Barclays, de acuerdo con unas nuevas reglas de contabilidad.

La economía está creciendo por debajo de las estimaciones del propio gobierno mexicano y el reajuste, excluyendo la inversión de Pemex, aumentaría el déficit público. De hecho, se prevé que la diferencia entre gastos e ingresos podría alcanzar el 1,5% del PIB del 2014. Posteriormente pasaría al 0,5% del PIB en 2015 y entre 2016 y 2018 podría llegar a estabilizarse. Además, desde el gobierno mexicano se pronostica un déficit del 0,4% en 2013.


La reforma contempla la creación de un Fondo Soberano para salvaguardar los ingresos en tiempo de bonanza económica. Esta creación permitiría suavizar el gasto a largo plazo y sería financiado con el 75 % de los ingresos excedentes.



Reforma sustancial para Pemex

La petrolera mexicana, que genera un tercio del PIB del país, tendrá un nuevo régimen fiscal, a partir de 2015. Nuevos impuestos a la minería y un nuevo régimen fiscal para PEMEX. Estos cambios proponen mejorar la recaudación de impuestos sobre el agua, la minería y el espectro de radio. Además, se incluiría un impuesto del 0,5% sobre las ventas de oro, plata y platino. El plan, que se iniciaría en 2015, contempla la posibilidad de la eliminación total de las ayudas para la gasolina en 2014.

Subida de impuestos

El plan descarta la subida del IVA en alimentos y medicinas, pero sí gravarán al 16% alimentos para animales, tasas hipotecarias, o la propia compra de animales. Sin ir más lejos, en muchos medios mexicanos han resaltado que el chicle, o goma de mascar, tendrá la aplicación máxima al no considerarse como un producto alimenticio. La propuesta iguala el tipo aplicado en las ciudades de la frontera mexicana con el 16 % frente al 11% anterior. Asimismo, elimina las exenciones del IVA.



Por otro lado, la reforma propone una simplificar la Ley del ISR, eliminando el impuesto de sociedades de tipo mínimo y el impuesto a los depósitos en efectivo. En cuanto al primero, el plan propone eliminar deducciones tales como la deducción inmediata de los gastos de inversión. Estos ahora se deducirán durante la vida útil del activo y no cuando las empresas realizaban la compra. 

También, la ley propone un nuevo impuesto sobre los dividendos y sobre las ganancias en el mercado de valores, gravando un 10%, mientras que el impuesto sobre la renta marginal aplicada a los individuos que ganan más de 500.000 pesos anuales se incrementará hasta un 32%, desde el 30 % anterior.