Dejando a un lado a Corea, el gran tema de este verano está siendo la fortaleza del Euro, que en lo que va de año se ha revalorizado más de un 10% contra divisas como, por ejemplo, el dólar.
Este movimiento que se ha fraguado a expensas de unos mejores datos de los esperados en la economía europea y los problemas que no cesan tanto dentro como fuera de la Casa Blanca y que no han permitido que Donald Trump presente sus ansiadas leyes de reforma fiscal o inversión en infraestructuras. Unas reformas que se suponen imprescindibles para que cristalice el crecimiento económico esperado en el país.
De hecho, el mal tono de las bolsas europeas en las últimas semanas es lo que ha servido de contrapeso a las bolsas europeas, que en algunos casos han llegado a ceder hasta un 6% desde máximos.
La posibilidad de que el euro vaya a poner pronto fin a su escalada ayuda, según los expertos consultados por Bloomberg, a que la bolsa del viejo continente recupere pulsión.
De esta forma, los estrategas consultados por la agencia predicen una subida de un 5,8% del Eurostoxx hasta finales de año desde el cierre de ayer. En su opinión, esto es lo que está llevando a que los flujos de fondos sigan siendo especialmente positivos en la región, a donde ha llegado dinero en 20 de las 21 últimas semanas. Por si fuera poco, a la bolsa europea también le ayudará el buen momento por el que atraviesan los beneficios empresariales.
En la agencia citan a Vincent Juvyns, de JPMorgan Asset Management en Bruselas que afirma que “lo mejor está aún por venir para la renta variable europea”. “Hay potencial para que se mueva unos puntos porcentuales al alza este año y el año que viene también”, reitera.
A la espera de lo que pueda ocurrir tras la reunión de banqueros centrales en Jackson Hole (EEUU) a partir de este jueves, el euro podría terminar con caídas en agosto por primera vez desde febrero.
En estos momentos, los Indicadores Premium del Eurostoxx sitúan al índice europeo en una clara fase de consolidación, con 6 de los diez puntos posibles.
